Seguimos con el tema de Dormenia en la hermandad, y en este caso hago un repaso del ejército regular a través de un par de ilustraciones suyas. Aquí está la primera de ellas:
Me gusta particularmente esta ilustración porque representa bien todos los aspectos de la unidad en cuestión. La única ventaja del ejército de Dormenia es que se paga relativamente bien en comparación con, por ejemplo, ser un campesino, pero todo lo demás es bastante malo. Equipo cutre, mandos tremendamente egoístas y en muchos casos desalmados, y en el caso del ejército regular, una mortalidad altísima. Por ello, pese al razonable sueldo, la gente huye del reclutamiento llegando a cortarse un pie.
En esta ilustración de Eduardo Rodríguez se entreven muchos de esos elementos. Pantalones cosidos, casco muy poco estable, actitud poco comprometida... lo único que destaca es la cota de mallas, que sin duda ha debido rapiñar de un soldado muerto de otra unidad.
Mención aparte merece la lanza, que tiene la punta correspondiente a un periodo histórico concreto. Los lanceros del ejército regular utilizan varios tipos de punta
El primer tipo de ellas es la más básicas, barata e improvisada de todas, pues no tiene metal en absoluto. El segundo tiene la cantidad mínima de metal, y está insertado en la madera y afianzado con clavos. Este tipo de anclaje tiende a destrozar la madera tras pocos golpes, lo que parece evidenciar la poca supervivencia que los oficiales esperan en sus usuarios. El tercer modelo es bastante mejor e implica un uso de metal bastante superior. En la imagen vemos el segundo tipo, lo que nos indica que este soldado luchó en la guerra contra los eridios.
Tenemos algunas ilustraciones más del ejército regular:
Aquí podemos ver a un arquero del mismo ejército. Como puede verse, el ejército solo otorga a sus soldados el tabardo identificativo, un cinturón, un casco y el arma necesaria. Todo lo demás se lo consigue uno mismo, si puede. En este caso el pobre soldado solo se ha hecho con un carcaj en el que quedan muy pocas flechas. Es normal que ponga esa cara, se imagina cual es su destino.
Como curiosidad final señalar que en Dormenia las competencias no siempre están del todo claras, y este tipo de soldados pueden acabar ejerciendo otras funciones como miembros de la guardia o de sociedades privadas. Aquí tenemos un par de ejemplos, en este caso de Andrés Egea:
En este caso podemos ver a uno de estos tipos trabajando en una mina.
Y en esta celebrada ilustración podemos ver que el tipo de en medio, arriba, tiene cierto parecido. ¿Le habrá dado la vuelta al tabardo al hacerse matón?
Esto es todo por hoy sobre el ejército regular. Salutaciones.
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