Un mundo sin destino.

13-3-2012 02:20

Por Verion

La búsqueda del caos ha sido siempre una de las más tareas más relevantes de la hermandad. En muchos casos este se esconde y es difícil de distinguir, y es entonces cuando la definición de los defectos resulta capital.

No obstante la política del mundo refugio adolece de la cualidad opuesta: es fácil encontrar todos y cada uno de los defectos impunemente, a veces confluyendo incluso defectos opuestos en mismos partidos o incluso personas.

Es en estos casos en los que la búsqueda resulta inútil, no por exceso de oscuridad, sino de luz, una tan amplia y fuerte que resulta deslumbrante. Aunque en este caso no hay belleza alguna en ella.

Sobre una circunstancia concreta, en este caso, pienso mucho en la insensatez, entendiéndose en este caso como la necedad del líder que gobierna con intereses opuestos a los de su pueblo.

No me estoy refiriendo en absoluto a la cuestión específica del sistema de gobierno. Esta cuestión ocurre en las dictaduras, en las repúblicas, en las democracias o en cualquier otro sistema. Y tampoco me refiero al tamaño, esto ocurre en conjuntos tan grandes como los paises o tan pequeños como las bandas.

No se puede gobernar sin el apoyo del pueblo. No es una cuestión de imponerse, la imposición no arregla nada, solo pospone lo inevitable. Cuando el pueblo no percibe en el gobernante un espíritu que coincide con el suyo, deja de esforzarse por el país. Los trabajadores no tendrán ganas de ser productivos, los soldados no sentirán orgullo y su valor flaqueará. Todo el mundo encontrará una escusa para robar y la virtud cívica se convertirá más en una losa que en un honor.

Los eridios lo sabían muy claramente, sabían que podían imponer su criterio, pero sabían que su pueblo no les amaría, y que la producción caería en picado. Por eso siempre buscaban soluciones alternativas, aunque estas implicaran un camino tortuoso, extraño, inexplorado o peligroso.

Los gobernantes del mundo refugio no parecen entenderlo. Me pregunto si esto es una evidencia del caos al que conducirá.