Últimamente en la hermandad de la Espada Negra andamos haciendo unas cuantas presentaciones de nuestro
juego de rol. En estas partidas, y para ahorrar tiempo, llevamos los personajes pre hechos, para evitar precisamente invertir el tiempo en hacer las fichas.
Al obrar así quitamos a los jugadores una gran parte de la diversión, que es la de hacerse sus propios personajes, basándose en una unión de posibles criterios. El juego de rol de Espada Negra permite una alta personalización (altísima) que permite la creación de personajes muy diferentes. Y dentro de un “tipo” de personaje se pueden hacer enormes variaciones parecidas entre ellas. Pero para el propósito del artículo de hoy voy a poner dos ejemplos muy extremos que me vienen a la mente:
Lo primero es un guerrero gunear del clan Fosrodr. Creo que cuando uno lo ve tiene claro que va a ser un enemigo importante con el que hay que andarse con ojo en combate.
Lo segundo es un funcionario harrassiano. Bueno, el de la silla es un funcionario harrassiano, y que está en pie seguramente sea algún tipo de comerciante, o emisario de un comerciante que lo está sobornando para conseguir un trato de favor. Lo normal no será que este funcionario sea particularmente peligroso, desde luego no parece que pueda ser oponente para el guerrero gunear.
A lo que quiero llegar es a que el funcionario es un personaje muy diferente del guerrero. Está muy claro que los jugadores pueden tener una tendencia normal a hacerse personajes más guerreros. Supongo que a fin de cuentas las aventuras que los jugadores quieren implican grandes dosis de violencia, y para la violencia ¿qué mejor que un guerrero?
Pero esto no significa que un personaje que se haga un funcionario de Harrassia no tenga sus oportunidades. Vaya, de hecho en muchas circunstancias será más útil que el guerrero. Tiene un número de habilidades con una cabida en situaciones específicas. Si la campaña tiene ciertas dosis de investigación urbana, de hecho, puede tener mucho interés. En las partidas que nosotros publicamos, de hecho, las habilidades de los personajes “menos guerreros” suelen ser útiles.
Entiendo que un personaje con todos sus cuatro puntos de profesiones dispuestos en una de estas puede ser un poco “excesivo” (o no, ojo), pero sin duda se puede combinar con otras clases para dar lugar a personajes tremendamente interesantes y personales. Creo que pueden ser mucho más divertidos que personajes “guerreros” típicos.
Concluiré diciendo que nosotros hemos jugado muchas campañas en las que los combates no eran el ingrediente principal de la partida. Y no hablo de campañas en las que los personajes son necesariamente potentes desde el punto de vista sobrenatural, sino que destacan en el aspecto mental.
A mí particularmente me gustan las campañas de investigación e intriga con personajes no necesariamente soldadescos o militares, sino espías, funcionarios, o incluso artesanos y productores que se ven sumidos en problemas que (quizá) los sobrepasan.
El “Sistema Táctico” es muy táctico, de eso no nos cabe duda. Pero sus partidas no tienen por qué centrarse en el combate.
Y un funcionario no es una clase “más inútil” que un potente guerrero gunear. Simplemente es diferente.
Entradas similares: