Patrón oro en los juegos de rol
6-3-2013 12:22
Ya hablé en un artículo anterior sobre la importancia de reproducir de una forma razonable las economías en el entorno de los juegos de rol, especialmente si se quiere que estos tengan una profundidad de gestión suficiente, tanto en la microgestión de un personaje individual como en la macrogestión de un ente más sofisticado, como pueda ser una explotación minera, un ejército privado, o incluso un país.
En ningún momento pretendo decir que todos los Creadores de partidas deban obligar a los jugadores a llevar una gestión de cada mínimo gasto de sus personajes, como tampoco creo que todas las campañas tengan por qué concluir en las macrogestiones comentadas. Solo argumento que tiene que ser posible hacerlo, y que el sistema debe garantizarlo.
Traigo todo esto en relación a unas pequeñas observaciones que he realizado con algunos manuales de rol en mi posesión, y es en relación al precio el oro. Las sociedades antiguas (y no tan antiguas) basaba sus economías en el oro que poseían. De hecho, el valor de la moneda estaba garantizado no solo por el respaldo del estado que las acuñaba sino por el valor del oro empleado en ellas.
Señalemos en este punto que el oro en sí no tiene una utilidad específica, o por lo menos no en esas sociedades. Es maleable, pesa mucho, y es muy escaso, por lo que no se utiliza para construir herramientas. Su única cualidad podría ser que “es bonito”, aunque existen otros objetos bonitos. No sé, la miel, por poner un ejemplo. La cuestión es que es escaso, y ahí radica la base de todo.
Las economías están más o menos organizadas, en ciertos sentidos. Quiero decir que nadie se va a poner a sacar oro si es mucho más rentable cosechar el campo. Las cosas tienen que estar organizadas. En este sentido el valor del oro no puede ser nunca inferior al coste de extraerlo de las minas, ya sea en términos del tiempo empleado por uno mismo, o por los esclavos que uno posee, o por sus trabajadores, o lo que sea. Tampoco puede ser muy superior porque todo el mundo se iría a ello.
Es el caso de la fiebre del oro en el oeste de los Estados Unidos de América. El oro se sacaba del río, así que la gente fue atraída por la esperanza de prosperar. Luego la cosa no era tan buena, no porque no se sacara oro, sino por la peligrosidad asociada, los grandes costos en comunidades no establecidas en las que los intermediarios se llevan la mayor parte de beneficios, pero eso es otro asunto.
En el occidente de inicios del siglo veintiuno el oro tiene un valor de más de treinta dólares el gramo. Estamos hablando de sociedades muy establecidas apoyadas por una tecnología impresionante en los que hay que suponer que los precios de obtener cualquier cosa son más bajos que en sociedades menos tecnológicas. Yo creo que en términos relativos el oro sería aún más caro en dichas sociedades. Pero usemos este precio como algo posible.
Observo uno de mis manuales de rol, cuyo nombre no comentaré. Es antiguo, y no muy popular. Un jubón de cuero cuesta diecisiete monedas de oro. He tenido que buscar para encontrar que una de esas monedas tiene veinte gramos de oro, ¡veinte! Eso nos arroja que el jubón de cuero costaría un total de trescientas cuarenta monedas de oro. Haciendo una analogía actual, ese jubón nos habría costado unos diez mil euros. Estamos hablando de cuero.
Consulto otro de mis manuales. Este es uno más popular. Establece que una armadura de cuero cuesta diez monedas de oro (aunque hay otras todavía de cuero por mucho más coste). La cantidad de oro en las monedas es más baja, unos nueve gramos. Echando el cálculo, la protección de cuero cuesta unos dos mil setecientos euros.
Aquí alguien podría decirme que en esos mundos el oro es mucho más abundante. Se me dibuja una sonrisa en el rostro mientras me imagino a los mineros sacando el oro a puños el oro de las minas, o del río. Pero en este caso yo diría que es ridículo pensar así, pues en esas sociedades el material de las monedas sería otro. Por ejemplo, y visto lo visto, podrían ser de cuero.
Y por cierto, las monedas de oro tienen otras cosas que no son oro. El oro es muy maleable por lo que una moneda que es completamente de oro se rompería y dañaría muy fácilmente. Por esto se mezclan con plata y cobre. Lo apunto porque en este segundo juego aparecía el tamaño de esas monedas de oro de nueve gramos, y da la sensación de que serían del ancho del papel de fumar.
Por ahora dejaré de dar el pesado con la economía y me centraré de nuevo en las cuestiones más propiamente intrínsecas de un juego de rol.