Lo que un seguidor no es
19-2-2013 13:40
Estoy implicado en el análisis del capítulo de seguidores del juego de rol de Espada Negra desde el día de ayer en el que hice una exposición de aceptable tamaño sobre la conveniencia de tratar adecuadamente el atributo de liderazgo en sus múltiples vertientes, incluyendo, por supuesto, el mencionado paradigma de que el personaje tenga seguidores.
Haciendo un breve resumen, existe la problemática de que algunos jugadores tienden a obviar la importancia de los atributos sociales y ponerse niveles de los mismos muy bajos, pero luego eligen tener una actividad social importante. Esto es el equivalente a elegir interpretar a un persona deficiente mental, pero luego hacer que este realice complejos tratados físicos porque el jugador sabe hacerlos. El sistema de juego de rol garantiza unas funcionalidades para evitar este tipo de situaciones, una de las cuales es lo provisión de seguidores leales.
Ahora bien, podría ocurrir que amparándose en estas definiciones un jugador decidiera utilizar un personaje de liderazgo extremadamente alto y aprovechara a sus múltiples seguidores para realizar los objetivos de la aventura sin la ayuda del resto de jugadores, o que incluso pueda enfrentarse a varios de ellos.
Esto puede tener incluso cierto interés en un tipo de campaña competitiva (asunto sobre el que escribiré un artículo próximamente), pero puede generar muchos problemas en partidas más normales y cooperativas, sobre todo si el jugador es poco colaborador.
El presente artículo es una pequeña reflexión sobre lo que un seguidor no es. Una vez más citaré al mismo manual del juego como referencia:
Seguidores leales: son aquellos que acompañarían al personaje en diversas aventuras, o quizá incluso a la misma muerte. Un personaje no puede tener más de tantos seguidores leales como su propio liderazgo. Los seguidores leales pueden tener su propio código de conducta y actuar en momentos concretos. Por ejemplo, puede darse el caso de un seguidor que solo ayude al personaje mientras estén defendiendo su territorio natal, u otro que solo ayude cuando se están persiguiendo los objetivos de la corrección.
Por una parte está clara que la lealtad de un seguidor leal puede ser muy alta. Pueden llegar incluso a morir por el personaje. Pero por otra tiene que estar muy clara que tienen su propia personalidad código de conducta, y estar supeditado su apoyo a circunstancias concretas.
Como segunda mención, es importante señalar que los seguidores son personajes no jugadores, o sea que los maneja el Creador de la partida independientemente de los deseos del jugador.
Todo esto sumado da una situación muy importante, y es que el Creador tiene que valorar en qué circunstancias el seguidor no presta apoyo al personaje. Puede que yo esté dispuesto a morir por aquel al que sigo, pero eso no significa que lo siga ciegamente, y que vaya a estar detrás de él si traiciona los principios que cimentaron nuestra relación.
Los creadores deben ser muy cuidadosos con la concepción de los seguidores para que su personalidad esté bastante clara en este sentido.
También es importante señalar que los seguidores leales, por leales que sean, son seguidores. Esto significa que ellos no tienen la iniciativa personal suficiente para tomar las mejores decisiones en sustitución de los personajes de los jugadores. Por ejemplo, se puede ir acompañado por un seguidor ladrón para conseguir abrir las cerraduras, pero, ¿consigue esto evitar que un jugador tenga la habilidad de abrir cerraduras? Difícilmente, en primer lugar porque el jugador tiene facilidad para acceder a niveles más altos de habilidades, pero en segundo lugar porque puede ocurrir que el personaje en cuestión tenga que separarse para realizar su tarea, y superar unas dificultades. Si se diera el caso de que un jugador mandara a uno de los seguidores de su personaje, el Creador debe determinar si este supera las dificultades mencionadas. Y si son cuestiones tácticas que tenía que decidir el jugador, entonces lo más normal sería que no lo hiciera.
La mecánica de los seguidores es muy buena, y afronta muy buen soporte para el sistema de juego, aportando un valor añadido a los jugadores que eligen interpretar personajes con alto valor de liderazgo, pero hay que tener un poco de cuidado con que la situación no se de la vuelta.