Sé que lo habitual en estas reseñas es que escriba de un juego, y no de una compañía. Bueno, iba a escribir del reciente “necromunda: hired gun”, pero en mi cerebro el orden del artículo se iba disipando porque no se puede hablar de este juego sin traer a colación la alocada trayectoria de la compañía.
El primer juego al que jugué de este grupo francés fue al E.Y.E. Divine Cybermancy, y tiene sentido que lo hiciera porque es el primero que publicaron. ¿Y qué es E.Y.E.? Pues es imposible entenderlo si no se juega. Esto es como matrix: no te lo pueden contar, tienes que verlo tú mismo.
Lo más parecido que puedo hacer a explicar E.Y.E. es publicar una imagen que una vez me pasaron. Recomiendo abrirla a la máxima resolución y observarla.
Todo lo que yo pueda decir ya está de más, pero por desgracia tengo que hacerlo o volver a trabajar. E.Y.E. bebe de un montón de formas de entender la ciencia ficción (más de las que aparecen en la imagen, la verdad) y nos las devuelve todas remezcladas en un brebaje de aspecto dudoso que solo se atreven a probar los más osados, o los que tienen poco que perder.
Así que si quieres ponerte unos cyberimplantes y disparar con un cañón de asalto o hackear a tus enemigos o infiltrarte en sigilo y en cualquier caso satisfacer a los líderes de tu templo mientras cobras un montón de brazoufs… pues buena suerte, porque el juego falla. A veces se te bloquea un objetivo y a volver a empezar la misión, o no aparece un personaje, o directamente no entiendes nada de lo que está pasando.
Yo, con todo, le he echado muchas horas a ese juego. Le he dado una vuelta tras otra intentando entender qué coño pasaba mientras me convertía en el guerrero más poderoso del templo, y ni con todo ese tiempo conseguí todas las armas del juego. Ah, y puedes jugar con amigos. Con uno, o con dos, o con un montón. Se diría que en E.Y.E. hay límites que los pone uno mismo.
Así que el juego es delirante, una puta locura hasta el extremo de que creo recordar que el área del final del juego es inalcanzable, así que normal que no se entienda qué coño pasa.
Y yo me pasé el tiempo esperando a E.Y.E. 2, cosa que no ha ocurrido. Pero no es del todo relevante para el propósito, porque tiempo después sacaron Space Hulk: Deathwing.
Para el que no lo sepa, Space Hulk es uno de los juegos de miniaturas ambientados en el universo de Warhammer 40.000. En él dos jugadores se enfrentan de forma asimétrica, uno manejando a marines espaciales (normalmente ángeles sangrientos) que se internan en un pecio plagado de alienígenas de tipo “Genestealer”, y el otro jugador… bueno, está claro.
En este punto diré que una de las montones de influencias de E.Y.E. era indudablemente Warhammer 40.000, así que no es sorprendente que quisieran hacer un videojuego de dicho universo, y con el cambio de política de Games Workshop en lo relativo a franquicias de videojuegos, pues fue una alegría bastante importante.
Y este que escribe jugó a Space Hulk: Deathwing. Por desgracia menos de lo que me gustaría porque no me he reunido con los amigos con los que querría jugarlo en su totalidad, y el modo single player no me termina de convencer. No obstante diría que el juego cuenta con muchos de los errores que odian los jugadores, pero yo creo que da igual. ¿Y por qué digo eso? Porque space hulk es un juego en el que vas en un pecio catedral con una armadura de exterminador, y puedes hacer cosas como reventar una puerta de un puñetazo o hacer sonar una campana de iglesia con tu cañón de asalto. Y es todo así, lleno de detalles geniales, hasta el punto de que cuando mueres en multijugador el juego te insulta con la frase “Eres una vergüenza para tu capítulo”. Mal traducido, eso sí.
Hago hincapié en la gran cantidad de bugs y carencias de desarrollo de los juegos de streum on, porque en este Space Hulk incluso se publicó una segunda versión “enhanced” que cambiaba de una forma muy completa y perceptible el juego multijugador.
Yo recomiendo a cualquier persona que le guste Warhammer jugar a Space Hulk. Y que si hace equipo, que me llame. Pero no debe esperar una experiencia limpia en ningún sentido.
Y esto nos lleva hasta nuestros días, este momento de la existencia humana en el que se publicó Necromunda: Hired gun. Para el que no lo sepa, Necromunda es un entorno hiper urbano dentro del universo de warhammer 40.000 que me apasiona desde que era adolescente, hasta el punto de que me he hecho una INMENSA escenografía para jugar en una mesa no informática. Con este antecedente, y mi pasión por los delirantes juegos de Streum on, era de esperar que me lo comprara el primer día, cosa que obviamente hice.
La verdad es que planeaba escribir esta reseña cuando me acabara el juego, cosa que no he hecho, entre otras cosas porque a veces echo tiempo de más en la escenografía, pero creo que he jugado lo bastante como para tener una opinión que fácilmente puedo expresar en un párrafo gracias a la introducción que he compartido con los lectores.
Necromunda: Hired Gun es un E.Y.E. ambientado en necromunda (muy conseguido el ambiente), pero sin multijugador, con muy poquitas bandas, y con un intento de las mecánicas modernas tipo “Doom” (matar para curarte y todo eso de ir a toda leche) que yo creo que no terminan de encajar con el entorno.
Y ya está. De hecho podría dejar este artículo, pero si lo hago tengo que volver a trabajar, así que voy a estirarme un poco más.
Necromunda se siente muy E.Y.E. Y con esto hay cosas buenas, como la genialidad y todo eso, pero también auténtica mugre de bugs contiunados e incómodos, trama fallida y en este caso ni siquiera ambiciosa en absoluto. Vamos, que ya te puede gustar Streum on y Necromunda.
Pero como te gusten… madre mía vaya despliegue de ambiente. Hay una pantalla que es un tren del mechanicus que si pilla a un titán, lo atropella, y en él te encuentras que transportan desde sentinels a thunderbolt. Todo es así, lleno de detalles muy Warhammer, incluidos por personas que saben lo que están haciendo. En este sentido para mí el juego merece la pena simplemente por recorrerlo.
Lo que no puedo perdonarle es que no tenga multijugador, para poder disfrutar de toda esta gloria y mugre con los amigos que aún viven. Ese demérito para mí es el peor de todos. Tiendo a pensar que era una forma de quitarse bugs, pero es que soy malpensado. ¡¡¡Muy mal Streum on!!!
El otro demérito, en mi opinión, es el estilo de combate. O sea, más que un recompensas de necromunda tenemos el comportamiento de un comandante de los custodes del emperador. Es que es entrar y empezar a destruir enemigos como si fuesen insectos, y para mí esto no es necromunda. Para colmo de absurdos tenemos un implante que hace que regeneremos vida si matamos a la gente de cerca, lo que tienen tan poco sentido como cualquier excusa que pusieran. Nivel midicloriano.
El juego tiene otras cosas. Un sistema de experiencia y de mejora de armas, y otros problemas como, que te salga un ambull cavando en… una pasarela. Son cosas que pueden ser muy buenas y muy malas, pero que en cualquier caso pasan desapercibidas, en mi opinión, comparado con las cualidades relevantes del juego que ya he mencionado.
Por lo tanto, ¿es necromunda: hired gun una buena compra? Pues claro, porque el dinero pasará de tu triste bolsillo al de Streum on, auténticos fieles del emperador. Pero si eres un infiel y un hereje de su auténtica luz, entonces ya depende.
¿Te gusta E.Y.E. y puedes perdonar que no tenga multijugador? Hazte con él.
¿Te gusta necromunda y puedes perdonar que un cazarrrecompensas de hostias como un primarca? Hazte con él.
¿Te gusta E.Y.E. y necromunda? En ese caso ya lo debes tener y este artículo te sobra. ¿Qué haces aquí?
En cualquier otro caso guárdate tu dinero y gástatelo en alimentos, vivienda, o lo que quiera que te distraiga de tu aburrida vida. A ser posible, cómprate un criterio nuevo o pide uno prestado.
Ahora sí, fin. Me tendré que buscar otra escusa para no trabajar.
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