Yo prácticamente no tengo presencia en twitter, red social que no aprecio por motivos que he detallado en otros artículos. No obstante hoy me ha sido leído un hilo sobre el
crowdfunding de “La Isla de Vyrr” cuyos argumentos me han parecido más que cuestionables, así que paso a exponer los míos desde la limitación de mis capacidades.
Antes de seguir, diré que no estoy para nada afiliado con este proyecto, y de hecho no me interesa jugarlo porque es un proyecto para “el juego más famoso del mundo”, el cual personalmente me aporta tanto como “la canción más famosa del mundo” o “el videojuego más popular del mundo”. Aun así probablemente lo lea.
Hecho este “disclaimer”, voy con la cita en cuestión que en este caso está incluida en la sección de “sobre el autor” del crowdfunding.
En su grupo siempre fue “el master” y la primera partida como jugador la jugó casi 15 años después de haber dirigido por primera vez. Siempre ha creado sus propias aventuras y, a día de hoy con 41 años, solo ha dirigido 3 partidas diseñadas por terceros. |
Lo que despierta la crítica en este caso es que el autor haya dirigido tan solo tres partidas diseñadas por terceros, y señalan por lo tanto que es comparable al escritor que dice no leer novelas de terceros, dando a entender, por lo tanto, que el autor es un ignorante y que lo que ha creado puede ser malo, además de señalar que como elemento publicitario es pernicioso. Voy a pasar a tratar estos argumentos.
Quiero señalar que yo llevo jugando desde los doce años, voy camino de los cuarenta y no tengo el recuerdo de haber mastereado tres partidas diseñadas por terceros (hola, Macadabre). No obstante lo digo aquí en un artículo y nunca lo habría puesto en un crowdfunding porque me parece soberbio, y no me gusta ir de ese palo. No obstante el autor de La isla de Vyrr ha elegido ser más sincero de lo que yo sería, y es tratado con hostilidad.
Entrando más en el tema, aportaré que tengo entendido que el sujeto se dedica a la publicidad, así que tiendo a pensar que no debería dar puntada sin hilo. Es verdad que yo no lo habría hecho, pero en cualquier caso hay algo ante lo que no se puede decir nada, y es que el proyecto ha recaudado tres mil y pico euros en un día, así que no cabe duda de que va a salir, o bien, o muy bien… así que el argumento de “que mala idea ponerlo en el crowdfunding” me parece un poco cogido por los pelos.
Para continuar, continuaré mencionando que el hecho de no jugar material de terceros no implica que no lo leas, y en eso yo mismo sirvo de ejemplo porque me leo cantidad de aventuras que luego no puedo jugar. ¿Por qué? Porque me gusta jugar settings complejos y orgánicos en los que no puedes meter de repente el templo del mal elemental o la isla de Vyrr sin que se despierten desequilibrios imposibles de arreglar, por mucho que estos lugares te puedan apasionar.
Por este argumento mismo, es muy extraño comparar al autor de rol que no ha jugado material de terceros con el novelista que no lee material de terceros. En las novelas el acto de leer es idéntico al acto recreativo para el que fue planeado el objeto artístico, mientras que en las aventuras de rol no.
Pero yo creo que incluso en el caso del escritor de novelas que no ha leído ninguna, lo que se debe juzgar no es ni la vida del autor, ni sus decisiones ni su soberbia, sino la obra en sí misma. A lo mejor el tío no ha leído nada pero es un genio, o ha leído hasta la Iliada en griego clásico y es un peñazo pomposo sin coherencia narrativa.
Yo tengo más la sensación de que el autor de este material se ha granjeado ciertos enemigos con sus críticas anteriores, cosa que no me extraña, y que estos están buscando los motivos para meterse con él. La verdad es que el proceso de financiación colectiva le va bien, así que supongo que a él (el autor) le va a dar igual y a ellos (los que critican) les va a fastidiar.
Y ojo, que entiendo que se pueda atacar este u otro proyecto por sus fallos, pero debería ser por el material en sí mismo, y no porque al autor le guste la carne o el pescado.
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