Han pasado ya casi cinco años desde que pusiéramos Espada Negra a disposición libre y empezáramos a viajar por las jornadas de toda España para intentar compartir nuestras inquietudes con otras personas. Desde entonces he explicado los “básicos” del sistema del derecho y del revés, de forma que ya conozco de forma bastante clara las preguntas frecuentes y las respuestas más eficientes a las mismas.
Una de las que están en el TOP 10 es realizada por cierto tipo de personas incisivas que se preguntan por el “porqué” de las cosas, y es en relación con la cantidad de puntos que un personaje puede distribuir entre sus atributos. Recordemos que estos atributos son una cualidad casi definitiva (desde luego en fRáGiL lo son) y que son muy significativos, así que van a expresar muy claramente la identidad del personaje.
Siempre me ha resultado muy fácil de explicar a los veteranos de “Vampiro” y heredados, pues la distribución principal es prácticamente idéntica a la de este juego, con dos salvedades: que no hay un punto preestablecido por atributo, y que no se va a poder mejorar con puntos gratuitos o experiencia.
Por lo tanto, designaremos un grupo primario, uno secundario y uno terciario, y repartiremos nueve puntos entre los atributos del primer grupo, siete entre los del segundo, y cinco entre los del tercero. Hasta aquí todo bien.
Los puntos no se pueden cambiar de grupo. De alguna forma se pretende evitar una especialización exageradísima que desdibujaría la naturaleza del personaje y lo convertiría, probablemente, en un ser extremadamente plano, casi paródico.
Hay que decir que en este sentido hay muy pocos casos en los que un personaje salga ganando de una especialización aún mayor. En Espada Negra todos los atributos son ciertamente relevantes para todos los personajes, cosa que no ocurre en otros juegos de rol que en ocasiones imponen ciertos “vicios” a los jugadores. Por ejemplo, estoy acostumbrado a jugadores que piensan que un personaje extremadamente torpe pero muy fuerte impactará con facilidad a sus oponentes.
Pero volviendo al asunto principal, el Sistema Táctico de Espada Negra (y fRáGiL) sí que permite tender menos hacia la especialización del personaje, y lo promueve. Por lo tanto las distribuciones alternativas a la muy focalizada (9,7,5) son la focalizada (8,8,6) y la equilibrada (8,7,7).
Muchas personas son rápidamente conscientes de que estas dos distribuciones son mejores en suma, pues proporcionan un punto de atributo más. Esto es verdad en estos términos tan numéricos, pero en una visión contextual no es tan cierto, porque la prevalencia puntual en un área específica puede hacer que un individuo obtenga ventaja frente a otro más capacitado para múltiples tareas.
Detrás de todo esto hay un principio fundamental, y es que el coste de la hiperespecialización es elevado; ser un aceptable en una tarea es difícil, ser bueno es MUY difícil, pero ser un MUY bueno es MUY MUY MUY (3) difícil, y ser excepcional es MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY (9) difícil. Ya ser el mejor del mundo es… bueno, se ve por donde voy: para alcanzar estas facetas de especialización tenemos que renunciar a otras cosas.
Desde este punto de vista se puede entender que la distribución focalizada (9,7,5) parte de la focalizada (8,8,6), de forma que para sumar un punto al grupo primario habría de restarse uno en el secundario y otro en el terciario. Con esta notación vectorial estaríamos hablando de (+1,-1,-1).
Alguien podría pensar en si sería posible encontrar una distribución similar que partiera de la equilibrada (8,7,7), que al aplicar la conversión (+1,-1,-1) nos quedara (9,6,6). Yo creo que esta distribución sería jugable desde todos los puntos de vista: sería divertida y no corrompería los principios del reglamento.
Otros lectores podrían señalar la posibilidad de aplicar esta conversión una segunda vez para obtener un grado de especialización extremo. Los resultados serían, por lo tanto, (10,6,4) y (10,5,5). Creo que estos personajes no serían jugables en muchos sentidos. Además tengo la sensación de que este nivel de especialización teórico no tiene un coste del todo adecuado.
Otra posiblidad sería aplicar una matriz de conversión aún más exagerada, del estilo de (+1,-1,-2) o (+1,-2,-2), pero los personajes obtenidos mediante esta posibilidad sí que serían prácticamente injugables.
En esta opción he explorado esta forma de pensar, pero también podríamos entender que la distribución (9,7,5) parte de la (8,7,7) aplicando una conversión de vector (+1,0,-2), es decir, que en lugar de pagar un punto en cada bloque, pagamos dos en el bloque inferior. Desde este punto de vista podríamos aplicarlo la (8,8,6) para encontrarnos con una muy chocante (9,8,4). No obstante creo que esta posibilidad también es muy extrema.
Creo que por el momento este es un buen punto de parada para esta reflexión sobre los atributos dentro de STEN. Quedo a la disposición de todos los jugadores para seguir tratando estos asuntos, o en verdad cualquiera otro en el que pudiera ser útil.
Una nota: este artículo ha partido del rango de personaje “luchador” que se promueve en fRáGiL y en los entornos en los que se intenta explorar a personajes que de por sí ya destacan mucho del entorno normal. Los jugadores más avezados de Espada Negra sin duda sabrán entender estos números para personajes capacitados, simplemente restando un punto de cada grupo de atributos.
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