Estaba hoy navegando en las redes sociales favoritas de algunos roleros cuando vi resurgir este asunto que a mí siempre me parece tan interesante. Creía que había escrito sobre él en el pasado, pero por mucho que lo he buscado, no lo he encontrado, así que allá va
mi opinión sobre esas conversaciones que se producen tras una partida.
Opinión, repito, que cada cual tendrá la suya.
Encuentro muchas similitudes entre el rol y el sexo. Algunas de ellas son simplemente coñas sin demasiada profundidad que pueden esconder una mayor o menor verdad, pero otras sí que creo que tienen una relación que incluso sobrepasa la metáfora y entra en el terreno de los conceptos sociales intrínsecos al ser humano. Porque de lo que se trata es de realizar una actividad placentera entre dos o más personas que tiene ciertas connotaciones íntimas (bueno, hay quien lo emite por internet) y que tiene a nuestras personalidades más habituales un poco fuera del asunto. Por decirlo así.
El caso es que uno ha estado con una o varias personas realizando el acto mencionado, y bueno, se acaba. Es obvio que se ha acabado porque hay imponderables lógicos o simplemente existe el acuerdo evidente porque una parte imprescindible (o todas) dicen que ya es suficiente, que ya ha sido suficiente de… la actividad. Y claro, hay que volver a la vida, y como todos hemos estado muy metidos en el asunto (aparte de algún ocasional interludio lo más corto posible, para que no se rompa la magia que ya ha aparecido) no ha habido una conversación en sí, digamos, fuera de personaje. Y lo que ocurre aquí depende mucho de las personas que han participado en el acto.
Para mí es evidente que cuando hay mucha confianza se puede hablar de todo. De lo que ha molado y de lo que ha sido un poco más cutre, de lo que ha sido un momento de pura inspiración y lo que quizá fue una pequeña cagada. Yo creo que en realidad es el modelo a alcanzar, y siempre hago lo posible para que sea así.
Pero la verdad es que si no es el caso, si las compañías no eran de ese nivel de confianza… no sé, lo último que quiero decir u oír es… "¿te/os ha gustado?". En serio, es una pregunta que me parece una castaña. Y ya puedo imaginar a lectores pensando muy alto: "Pero Verion, ¿y el feedback?”, y yo respondo “¡¡que le jodan al feedback!!”. Joder, que esto es una pura interacción entre personas adultas que quieren pasárselo bien, ¿no? Pues supongo que ya nos habremos visto las caras de placer para saber si la cosa ha estado bien, y si no pues no repetiremos. Tampoco es un drama, ya buscaremos alguien con quien encajemos más.
Porque a ver, entiendo que en todo esto todo el mundo tiene que pasarlo bien, y todo eso, pero tampoco creo que tenga que producirse una anulación de la personalidad. O sea, yo tengo mi rollo, sea el que sea, y si bien puedo mejorar en la técnica, el fondo en sí no debería cambiar mucho si no me da a mí. Yo creo que en esa manifestación de la personalidad de hecho está una buena parte de la grandeza, y de ahí que el feedback pueda no solo no ser una cosa positiva, sino que incluso puede ser negativo y destruir una personalidad que era interesante pero que no estaba con las personas adecuadas.
Creo que esto está muy relacionado con la valoración externa, lo cual dicho sea de paso, me parece algo muy pernicioso. Creo que una persona debería tener la seguridad de hacer lo que hace, y creo que en caso de necesitar consejo o algo así… bueno, que no es para nada el mejor momento.
Y por supuesto, luego están las personas que insisten en proporcionar su opinión de cómo lo has hecho… bueno, porque ellos lo valen. Están los “buah, ha sido increíble cuando pasó esto y esto otro y esto más” (¿y crees que no se te veía en la cara cuando pasaba?), cuya revivencia del detalle puede no resultar cómoda, y luego los “pues podías hacer esto mejor, y cuando hiciste esto no moló nada, y me he aburrido con esto otro” (¿y crees que no se te veía en la cara cuando pasaba?). Con estos la verdad es que lo que más me apetece es levantarme cuanto antes y no repetir, porque de verdad que este es mi estilo, lo he probado mucho y hay a quien le gusta, y si no te gusta… pues prueba con otra persona.
Creo que en todo esto hay demasiada dependencia de la opinión externa. Un miedo continuado a decepcionar a aquellos que quieren intimar con nosotros. Esto se ve especialmente, claro, cuando la pregunta es la complementaria a estas: “¿Qué tal he estado?”. Creo que en este sentido si no se ha visto en la cara que ha estado bien, pues la pregunta ya evidencia que algo malo ha pasado. Pero tampoco esto es una debacle, quizá no haya sido la mejor experiencia de la vida de uno, pero eso no significa que no se pueda seguir intentándolo en el futuro. A fin de cuentas quizá no haya sido una maravilla, pero podamos seguir intentándolo y comprendiéndonos unos a otros hasta que entendamos bien nuestro rollo y aprendamos a disfrutarlo. Y si no, pues lo dejemos en busca de otros rollos.
Así que para mí, no es que no se pueda comentar lo ocurrido, pero preguntar “Qué tal he estado” o decir “podías haber hecho esta otra cosa” de verdad que está de más. Mucho mejor si nos vamos a comer algo (por lo menos a mí me suele entrar hambre), y ya planearemos la siguiente ocasión en la que jugaremos.
Me despido con la ostentosidad mayor, por ejemplo.
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