Hermanos Juramentados de la Espada Negra
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Déjame hacer a mí
13-12-2016 02:58
Por Verion
Nota: quería escribir un relato con chequeos y ese tipo e cosas, pero sucesivas preguntas sobre este tema específico me han llevado a tratarlo de una forma directa. Así que lo de los chequeos para otro día. Espero que sea tan breve como intenso. No os perturbéis mucho.

Alsia dejó que las últimas palpitaciones del orgasmo recorrieran su cuerpo, pero en ningún caso duraron demasiado porque la realidad de la escena que había vivido invadía sus pensamientos, incluso con los ojos cerrados.
Se levantó y dio un par de vueltas por la habitación. No era lo bastante larga como para permitirle dar más de tres pasos cortos, pero aún así lo hizo.
-Joder, te dije que me dejaras hacer a mí.
Todo había empezado bastante bien, en la sala inferior del fumadero en el que Alsia había estado gastando el dinero robado a su último cliente. Ahí ella y Nia habían estado fumando y tonteando, los justo de lo primero para no dormirse, pero sí como para que los muros del subconsciente se derribasen, y las trabas que normalmente eran insuperables desaparecieran y dejaran lugar solamente al placer.
Porque en realidad Nia había tenido claro lo que ella era, y no le había importado. Ya desde muy al principio junto a la pipa le había acariciado donde debería tener dos pechos, pero el dinero, el humo y el contacto habían hecho su trabajo, y ambas estaban excitadas.
Alsia siempre se había preguntado si podía hacerlo con una mujer. Sabía que había furias que lo hacían, e incluso había pagado en una ocasión por verlo, así que en honor a la verdad no veía un impedimento particular a intentarlo, y su cuerpo no le decía que no lo hiciera, pero solía decirse a sí misma que había ciertas limitaciones insuperables.
-Déjame hacer a mí -le había dicho cuando entraron en la habitación-. No digas ni una palabra.
Quería consumar su fantasía lésbica, y quería hacerlo sin pensar en su propio cuerpo; quería pensar y sintir que de hecho estaba en el de su amante hasta que la excitación fuera tan insoportable que se corriera sin necesidad de tocarse. Y todo estaba yendo bien, había sabido manejar a su compañera de una forma lenta pero convincente. El humo había seguido haciendo su trabajo, el dinero seguía siendo un fuerte afrodisíaco, y los gemidos de Nia estaban funcionando para las dos. Alsia sentía que iba a funcionar, cuando su amante había tenido que decir la maldita palabra.
-Penétrame.
Y de golpe había sentido que todo lo que duramente había trabajado nunca se cumpliría. Y no solamente esa noche en particular, sino todas las experiencias con mujeres en general, porque nunca volvería a tener una ocasión tan buena como la que había tenido con Nía.
Claro que la había penetrado. Pero no en la vagina, sino en el cuello, y no con ese cruel apéndice que los dioses le habían puesto en la entrepierna, sino con su daga, que ahí seguía clavada, penetrándola.
Ella había conseguido acabar, pero no como había deseado, ardiendo de excitación y sin tocarse, sino con los ojos cerrados y debatiéndose entre una culpa creciente y una excitación menguante.
Sintió las lágrimas caer por sus mejillas, sin duda desfigurando su maquillaje.
-Joder, te dije que me dejaras hacer a mí.

Re: Déjame hacer a mí
13-12-2016 03:53
Ahora es el momento en el que me perturbo porque Alsia me ha dado lástima de verdad...
Re: Déjame hacer a mí
17-3-2017 22:57
Por yokran
Gran relato...