Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Cuando hablo de Espada Negra...
6-9-2013 15:00
Por Verion
Ayer salió el nuevo número de Fanzine Rolero, incluyendo un extenso artículo sobre Espada Negra en el que participamos unos cuantos miembros de la hermandad. Tras un título agresivo (¿Por qué jugar a Espada Negra?) hay una prolongada exposición que el editor, Alex Werden supo exigirnos. Hoy lo he vuelto a leer, y creo que el texto es muy adecuado... pero nunca estoy seguro.


Cuando hablo de Espada Negra nunca creo haber dicho suficiente. Siempre tengo la sensación de que falta algún elemento clave por decir, quizá uno particularmente clave que termine de juntar conceptos disgregados en la mente del lector u oyente, y que yo no he considerado necesario porque precisamente ya tengo esa idea global formada en mi cabeza.


Cuando hablo del juego de rol podría estarme un día completo argumentando la necesidad de cada regla, lo adecuado de su ubicación, el peso de cada elección. Esto es así porque cada número, cada elección, cada detalle ha sido meditado, propuesto, debatido, refutado, probado y corregido durante más horas de varias personas de las que sería razonable para un proyecto de, por ejemplo, software. En realidad necesitaría mucho más que un día.


Cuando hablo del ambiente podría pasarme un tiempo parecido explicando por qué las naciones de Espada Negra son realmente mucho más distintas a lo que pueda parecer de un vistazo rápido o una lectura diagonal. Querría gritar que no se puede comparar con Europa, China, Japón o África, que son su propio paradigma y que, novedoso o no, requiere ser entendido por su propia cuenta.


Cuando hablo de las novelas es aún más difícil. Se puede razonar las buenas ideas detrás de una mecánica de un juego, e incluso hablar de un ambiente parte por parte, pero en el caso de una novela las apreciaciones pasan por tamices como el de lo personal y el de las limitaciones sociales, y otros tantos. En ellos uno deja caer una gran cantidad de ideas, emociones, motivaciones y anhelos depositados en estos escritos, y al final solo recoge algunas palabras que no transmiten para nada lo que uno desea. A veces, de hecho, solo queda silencio.


No me pasaría si esto fuera una explotación económica. Un bien con el que mercadear de una forma efectiva para un lucro colectivo. No en vano más de una persona nos ha señalado que con el grado el potencial humano invertido en la hermandad, las inversiones de otro tipo, y la implicación que tenemos podríamos haber sacado un producto puramente comercial con el que enriquecernos. Bueno, desde luego no me compete a mí especular con lo que "podría haber pasado si...". Desde luego no creo que hubiéramos estado tan implicados si el proyecto no hubiera sido tan personal. Y personalidad es lo que cabe esperar.


Quizá en este sentido siempre nos han gustado las expresiones artísticas más inmediatas y plásticas, capaces de expresar con una gran inversión de sus artífices y una mínima de sus destinatarios, una idea, un concepto, quizá de una forma no tan definida, pero sí muy rápida, de aquello que siempre hemos querido transmitir.


Cuando hablo de Espada Negra siempre quedan ideas que no llegan a ser palabras, y palabras que no llegan a pronunciarse. Silenciosos gritos de frustración de un anhelo contenido que no por no hacer ruido dejan de quemar en la garganta.




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