Hermanos Juramentados de la Espada Negra
¿Barbas roleras?
15-2-2015 14:23
Por Verion
Es un hecho que acepto todo tipo de invitaciones para escribir en estos artículos, especialmente si están relacionados con el mundo del rol o de la novela, si bien en este caso está en el límite de aquello que considero ciertamente aceptable en los temas de cierto interés, pues creo que este no tiene demasiado en sí mismo. Es la observación de que se ven muchas barbas entre los roleros.

La primera cuestión es si de hecho hay tantas barbas. Si bien es cierto que muchos de los famosos del mundo del rol en internet se dejan crecer apéndices pilosos en sus caras, también es cierto que otros tantos no lo hacen. La percepción estadística en este caso puede ser un tanto caprichosa, casi tanto como tratar el tema.

Como parte del equipo de diseño de Espada Negra me ha tocado pensar en las barbas como en casi cualquier cosa, y por fortuna la documentación a este respecto no suele ser de difícil acceso, y podemos comprobar tanto en el fuentes decentes como en el conocimiento tradicional colectivo que este asunto de las barbas ha pasado, a fin de cuentas, por modas más o menso rígidas a lo largo de la historia, pero también a lo largo del espacio. Hay barbas religiosas, barbas culturales, bigotes de hombría y tantos otros conceptos de este y otros tipos. Por fortuna en el mundo del rol somos cada cual de nuestro padre y nuestra madre, y si bien podría haber cierta tendencia social, eso no significa que estemos en absoluto obligados a seguirla. ¡Viva la libertad!

Las personas solemos incluir nuestro aspecto en la definición de nosotros mismos, y como tal construimos nuestra identidad alrededor de ella (igual que alrededor de otras cosas). Algunas personas pueden tener una dependencia muy grande de este concepto, pero no sé si será el caso del “común de los roleros”. Así pues, conseguir una imagen de identidad (los roleros en eso sí que muchas veces tenemos “ego” de más) puede ser un reto que abordar con los citados apéndices pilosos.

También es un hecho que muchos creadores de rol podemos pasar semanas metidos en un oscuro sótano mientras escribimos nuestras obras, de forma que no es infrecuente que al emerger de él se nos haya desarrollado dicha barba sin pretenderlo, eso sí, con un aspecto que no fomenta precisamente la identidad, a no ser que sea la identidad de náufrago o de vagabundo. Quizá del recortado de estas barbas descuidadas surjan las primeras ideas para esa imagen final.

Quiero pensar que la crisis no nos ha azotado lo bastante como para andar pensando en el gasto de cuchillas y otros accesorios de afeitado, si bien no son utensilios para nada baratos. Mantener la ausencia de vello en el rostro puede costar un dinero que en cualquier caso no está mal ahorrarse. Eso sí, recortarla tiene su trabajo.

Otra cuestión que puede tener algo de peso en esta decisión o percepción es que muchos roleros empiezan a tener una edad madura, y el pelo en la parte superior de la cabeza empieza a ser escaso, o en el caso de algunos, nulo. En esta intención de desarrollar la identidad el peinado pasa a ser un imposible. Los sombreros son un poco raros en esta época, así que quizá la respuesta en este sentido haya sido la barba.

En cualquier caso no creo que sea una respuesta exclusiva del mundo del rol. Creo que se puede ver en las mismas calles de las ciudades que la barba ha pasado de un cierto periodo de estigmatización a otro en el que supone una definición de estilo, en tanto que esté cuidada, no muy larga, y fomente esa imagen personal.

Este servidor de sus mercedes es una persona algo radical en estos aspectos, y considero perniciosa la definición de la identidad personal en función a la imagen, incluso aunque sea en poca medida. Soy el tipo de persona que se da cuenta de que tiene las uñas demasiado largas porque ya no puede teclear del todo bien, y la verdad es que a mí las barbas me resultan molestas, y por ello me afeito antes de que empiecen a picar. Eso sí, sin espuma y aprovechando las cuchillas hasta que ya están romas, que como he dicho, no es algo barato.
En la humilde opinión de este servidor, los tiempos en los que era útil que el vello facial nos protegiera del frío de largas cacerías han pasado, por lo que en cierto sentido envidio a aquellos y aquellas que tienen poca o ninguna barba.



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