Hermanos Juramentados de la Espada Negra
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Lo que es correcto y lo que es fácil [Faruq, Khalik, Laila]
22-12-2016 03:20
Nota de la autora: Este relato ha sido escrito con la supervisión del Hno. Sigeiror (Khalik).

— Khalik… Tú despierta… Despierta… — Susurró la voz grave de Faruq en la oscuridad. La mano del nómada sacudió suavemente el hombro del médico, arrancándole de los brazos del sueño.
Éste se despertó, sobresaltado. No había sido difícil, hacía bastante que el sueño de Khalik distaba de ser profundo, habiéndolo sustituido por uno mucho más ligero, alimentado por la tensión.
— ¿Faruq? — Preguntó, parpadeando para habituar sus ojos a la leve luz de la única vela que iluminaba el cuarto —. ¿Qué te ocurre? ¿Te encuentras mal, vuelves a tener náuseas...?
— No, no… — negó con la cabeza el nómada, hablando con suavidad —. Io quiero hablar contigo.

Khalik frunció levemente el ceño, pensativo, preguntándose sobre qué quería hablarle Faruq. Interiormente llegó a temer, por un segundo, que el salvaje fuera portador de malas noticias. Por su expresión, así lo parecía.
Finalmente, Faruq suspiró, y se sentó en el borde de la cama. La trémula luz de la vela arrojaba sombras temblorosas sobre las paredes, volviendo la escena especialmente sombría.

— Io y Laila hemos oído… sobere tu familia —. La cara de Khalik cambió repentinamente, volviéndose la viva imagen de la inquietud.
— … ¿Dónde están? ¿Están bien? ¿Están vivas? — las manos del médico se aferraron a los hombros del nómada, hincándolos con fuerza en su piel, presa de la ansiedad. Faruq reprimió un gesto de molestia, y le cogió con firmeza las manos al hombre antes de que le hiciera daño… O se hiciera daño él mismo.
— Io creo quie si. Eias viven —. Hizo una pausa, apretando los labios, buscando las palabras acertadas en su cabeza. — Pero eias no bien, Khalik. Io no sé cuánta verdad tiene, pero hente dize quie Bair Sad tenerlas… ¿Cómo tú dizes? Ere… Erenes… Erehnes…
— Rehenes…
— Si — asintió Faruq. Khalik se quedó un rato pensando, momento que el nómada aprovechó para decir: — Eias están bien, eios no golpean ni tratan mal, pero… Todo mundo dize quie eias muy tristes, sin esperanza… Io no sé cuánto más eias aguantar. Sindicato pone cosas muy difíziles…
— Tenemos que sacarlas de ahí, Faruq —. La mente del hombre empezó a trabajar a toda máquina, intentando pensar, barajar todas sus posibilidades ante la nueva noticia que, al mismo tiempo, intentaba interiorizar. — Yo… las daba por muertas. Pero en el fondo de mi corazón, albergaba la esperanza de que no fuera así. Ahora tengo otra oportunidad.
— Tú cuidado, Khalik —. Fue el turno de Faruq de demostrar su preocupación por el médico y su familia —. Esperanza ser cosa buena, pero ahora, ser mala para ti — suspiró antes de seguir explicándose —. Eios saben que tú quierer ir por eias, ahora quie sabes. Pero ser quie eios quieren. Como aranias en desierto, eias ponen un zebo fázil y esperan. Cuando peresa cae en ered, ia darse cuenta muy tarde...

Una sonrisa logró instalarse en la expresión de Khalik, al percatarse de que, realmente, el nómada parecía estar preocupándose por él. Cada vez tenía más la sensación de que no eran tan diferentes el uno del otro. O, quizá, de que tenían más cosas en común de lo que aparentaban a simple vista. Por eso supo que el nómada se pondría en su lugar cuando le dijo:

— Ellas son mi vida, Faruq. Han estado a mi lado, y por eso no merecen estar como están ahora. Si esto hubiera pasado hace un año, gustoso me habría cambiado por ellas —. Khalik hizo un pausa y su sonrisa se tensó, hasta desvelar algo parecido al rencor —. Pero en el tiempo que pasé con Bair Sad aprendí que no debo ceder a sus chantajes. Si no las ha matado aún, es porque quiere desgastarme primero, lograr que me entregue para…
— Para hazer quie él quiera… — terminó Faruq por él.
— Eso es. Una vez me tenga en su poder, ¿qué le impide matarlas, o hacerles cualquier otra cosa…? — El médico negó con la cabeza. Faruq imitó su gesto. Ambos sabían la respuesta. — En el mejor de los casos, seguiría reteniéndolas, para asegurarse mi lealtad.
— Bandas siempre impazientes. Hefes demuestran quie son fuertes, o si no, suios saltan como hienas a por eios — razonó el nómada, quien bien sabía cómo funcionaban las bandas. También había aprendido sus propias lecciones en el pasado. — Si eios ven quie chiantahe no funziona, quizá eios pensar quie familia no ser más útil… —. No continuó la frase, no hizo falta. Los dos sabían que ocurriría si eso pasaba.
— Necesitamos mandar un mensaje a los del Sindicato — habló Khalik, con convicción—. “Si le pasa algo a la familia del alquimista, fabricará el nantio descarriador para el resto de las bandas. Si quieren negociar, lo primero que tienen que hacer es dejar a su familia a salvo, lejos de Harrassia”.
— Io no sé, Khalik. Io pienso eios no zeder tan fázil… —. Cruzó sus ojos verdosos con Khalik —. Eios seguro mentir, y si no mentir, ¿tú quié hazer? ¿Volver con eios, volver a empezar todo? — El nómada negó con la cabeza —. Tú dezir quie ser médico para aiudar hente. Pero nantio tuio no aiuda nada, a nadie —. Un brillo extraño se apoderó de la mirada del nómada, el que surge cuando los recuerdos amargos se remueven en el interior —. Hefe Coda dezirme una vez: “nosotros tenemos quie elehir entre camino corecto y camino fázil”. Io eliho mal, mi familia morir por culpa mía. Tú creerme, no quierer pasar por eso…

La confesión del nómada provocó que Khalik se pusiera serio. — Ya siento suficiente culpabilidad — dijo, sin poder evitar sonar a reproche —. Mi nantio modificado se probó en pacientes inocentes que, sin esperanzas de sobrevivir, salvaron su vida. Luego fui secuestrado, chantajeado y obligado a trabajar sin descanso… — se interrumpió. No quería sermonear a Faruq. — Ahora debo tratar de que nadie más muera. Aunque sé que eso es imposible…
— No, tú no entender — Faruq sonrió, no con diversión, más bien con condescendencia —. Io no juzgo por quié tú hazer o quié hazer hasta ahora. Esto ser piregunta para ti — le señaló con el dedo índice —: Si tú mandar mensahe y maniana ves cabeza de tu muher o tus hijas puestas en pica en plaza… ¿Tú seguir pensando igual quie ahora? — Faruq no dejaba de sonreír, aunque su sonrisa no fuera alegre —. Cuando dolor ziega qalbr, todo cambia. Camino fázil evita dolor. Camino corecto nunca ser fázil. Io aperender por elehir mal. Espero que tú no hazer igual, Khalik… — Faruq le colocó la mano en el hombro al médico, intentando demostrarle que no estaba pretendiendo juzgarle o recriminarle. Sencillamente se preocupaba por él, y por lo que las consecuencias de sus decisiones pudieran acarrearle, a él y a los suyos, en el futuro.

El médico seguía mirando al nómada, pero ya no le observaba a él. Sino a través de él, como sumido en un repentino y apático vacío interior.

— Si eso pasara, Faruq… Seguramente terminaría tomando nantio contigo.
— Si eso pasa, Khalik… Io mismo te aranco cabeza — sonrió Faruq, subiendo la mano hasta su nuca para devolverle a la realidad. Khalik parpadeó, saliendo de su ensoñación y volviendo a responder a la mirada de los ojos verdosos del nómada.
— Eres un buen hombre Faruq — dijo, recuperando con su habitual frialdad la serenidad que le caracterizaba —. Intentaré curarte. De verdad.

No se dijeron nada más. Faruq le dedicó una última sonrisa, tocó con su frente la del médico a pesar de su gesto apático, y salió de la habitación. No tardó encontrarse con la cara expectante de Laila.
Re: Lo que es correcto y lo que es fácil [Faruq, Khalik, Laila]
22-12-2016 15:26
Por Favnia
Laila observó a Faruq desde el umbral del pasillo, que conducía hacia el cuarto cuya puerta el nómada acababa de cerrar. La joven, que ya se había puesto su camisón de dormir y recogido el ondulado cabello, sostenía una bandeja con una tetera humeante y unos vasos de cerámica...

— ¿Tú escuchar tiras la puerta? —preguntó el nómada, frunciendo ligeramente el ceño.
— ¡No! —exclamó ella, casi ofendida— Iba a llamar ahora, para ver si queríais de esto —señaló la bandeja con la mirada—, pero supongo que si tú estás aquí, pues...
— ... —Faruq negó con la cabeza, ensombreciendo su mirada— Él...
— Necesita estar solo, claro —asintió—, vamos...

Laila giró sobre sus talones para encaminarse de nuevo hacia el modesto salón. Faruq la siguió. Al llegar, ella depositó el té y dos de las tazas en la mesa, y se dirigió hacia la pequeña cocina en la que dejó la bandeja junto con el vaso que habría correspondido a Khalik. Volvió entonces junto a su amigo, que ya se había sentado y servido para ambos la humeante infusión:

— Esto nos vendrá bien —comentó ella, intentando mejorar la situación, y dando un primer sorbo—, es relajante...
— Io veo quie Khalik no toma esto con irazón, Laila... Idea suia muy buena o muy mala, muchio iriesgo io creo... —explicó el nómada, yendo directo al asunto. No era necesario dar rodeos con un té para algo así.— Dize hazer chiantahe a Bair Sad: si eios no ponen familia de Khalik a salvo, Khalik da nantio a iresto de bandas menos Bair Sad... Io pienso quie...
— Que puede salir muy mal, ya... —Laila suspiró, asintiendo, y continuó hablando mientras bebía de su taza— si han sido capaces de mostrarlas en público ante el silencio expectante de un pueblo asustado, después de que Khalik dijera a todas las bandas que volvería a hacer descarriador cuando le devolvieran a su familia, entonces... Dudo que este nuevo "trato" vaya a funcionar como él quiere. Ceder sería para ellos mostrarse débiles ante la competencia... Seguramente respondan con más dureza si cabe...
— Io entiendo eso, Laila. Pero io también entiendo Khalik. Tiene esperanza y eios saben quie quiere...
— Liberar a su familia y que estén bien, lo sé. —giró su vaso hacia los lados, observando los posos, pensativa y triste. Faruq no añadía nada más. Entonces, tras unos largos segundos, algo pareció iluminar levemente su mirada:— Tengo una idea, Faruq... Bueno, no es una idea, es un esbozo, pero... —el nómada la miró, expectante— Verás... Ya sabes que la otra vez, Izam y yo averiguamos que eran los hombres de Bair Sad los que le proporcionaban niños a ese cerdo del gobernador, ¿no? —Faruq asintió— Pues... Si sabemos que ellos hacen eso, que también tienen a la familia de Khalik, y, a la vez, que son la banda más poderosa junto a la de Marloc y que ambos se disputan el poder... No sé... Me falta cómo hilarlo todo, pero... ¡Es información, Faruq! Deberíamos... Deberíamos utilizarla en nuestro favor, de alguna forma, deberíamos... —se puso de pie, apoyando ambas manos en la mesa y mirando a su amigo fijamente— Debería espiarles. Como la otra vez. Quizá así averigüe dónde las tienen... O qué más cosas se traen entre manos que podamos aprovechar.

Laila miró hacia la puerta, como si se estuviese planteando salir a llevar a cabo su "idea" en aquel preciso momento.
Re: Lo que es correcto y lo que es fácil [Faruq, Khalik, Laila]
22-12-2016 23:58
Faruq le cogió la mano a Laila, adivinando de inmediato lo que pensaba. — No, Laila. No buen momento ahora — intentó hacerla recapacitar. Esperando a que la mujer le devolviera su atención, el nómada añadió: — Información es valiosa, ser verdad. Pero ser también malo si usar mal.
— Pero si voy ahora, ahorraremos tiempo. Puedes venir conmigo si eso te tranquiliza, Faruq.
— No, no ser ese poroblema. Tiempo no tan importante. — Faruq insistió, esbozando una sonrisa tranquila, tratando de que la chica se parase a pensar por un momento —. Ahora descansar, maniana hablar con todos. Tú dizes quie aún faltan cosas en tu plan. Ser pronto —. Sin saber cómo explicarse mejor, el salvaje prefirió poner un ejemplo: — En desierto, si chiacales atacan irápido, peresa escapa. Si eios atacan tarde, peresa escapa. Si eios atacan con desorden, peresa escapa. Eios esperan momento husto, eios mueven huntos. Nosotros hazer igual. Esperar momento, pensar plan. Por ahora, esperar.
— Cada momento que esperamos, la familia de Khalik puede estar más cerca de la muerte. ¿Piensan en eso los chacales cuando atacan? — Laila enarcó una ceja, intentando mantener el realismo de la situación.
— Bair Sad no tan tontos. Eios no matar, todavía — negó el nómada, acompañando sus palabras con un gesto de cabeza. — Si informazión de gobernador ser corecta, nosotros tenemos cosa importante. Si nosotros sólo mandamos mensahe quie Khalik dize, poder no funcionar. Si nosotros también usamos informazion para otros hazer como nosotros... Quizá Bair Sad piensa quie salvar familia ser cosa buena. Como tu dizes... "peresionar" de varios sitios, ¿si?


A pesar de sus palabras, la estrategia era relativamente difícil de entender. Lo que Faruq proponía, era utilizar esa información que tenían, sobre el gobernador y Bair Sad, para presionar a la banda por otro frente, además del que proponía Khalik. Si lograban acorrarlos, haciéndolos pensar, no sólo que el alquimista no les haría partícipes del nantio; sino además que podían pagar las consecuencias de sus actividades con el gobernador, tal vez (ahí sí), podrían ponerles nerviosos e inclinarles a pensar que, tal vez, retener a la familia del médico no era una buena idea.