Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Brotherfunding y tarjetas dañadas
7-3-2017 14:31
Por Verion
Ayer comenzó el BROTHERFUNDING del diario de la muerte (el primer bestiario de Espada Negra), y curiosamente se me pasó publicarlo en el blog, así que aprovecho para comentarlo. En cualquier caso publiqué un vídeo en el que compartía varios pensamientos mientras metía en cajas las tarjetas de criatura que componen este artículo (junto con el manual de la muerte, claro). Ocurrió que hubo un momento en el que señalaba que algunas venían defectuosas y las tiraba, y desde ese momento he recibido montones de mensajes de “yo los quiero”, “ponlos en mi pack”, y cosas así. Voy a responder un poco a esta cuestión.



Tendemos a pensar de una forma un poco a “pequeños números”, y las imprentas no funcionan así. Para entendernos, en una máquina de imprenta uno no tiene una precisión exacta de “tira 300 unidades”, sino que más bien la máquina está tirando material “el tiempo que le digamos”. Esto arroja resultados muy curiosos, como que por ejemplo las primeras N unidades salen complemente destrozadas en lo que la máquina se calibra, y esto se aplica a todo, desde las máquinas que imprimen a las que cosen (que pueden destrozar material perfectamente impreso). Esto es tan cierto que podemos incluso entenderlo así en el proceso de embalado y transporte.

El caso es que las imprentas digitales no tienen un cuidado especial y prefieren simplemente imprimir un exceso sabiendo que un porcentaje llegarán dañadas. En el caso de los muertos vivientes pedimos 500 de cada, y han llegado más de 550 de las cuales dañadas hay desde 4 con suerte, a 20 con mala suerte. Vamos, que en cualquier caso “son generosos”.

Este material ya ha sido tenido en cuenta en el cálculo de beneficios de la imprenta, pero de alguna forma también en el nuestro. Veámoslo.

Nosotros tiramos 200 diarios y 500 copias de cada criatura, con lo que incluso entregando toda la tirada nos sobran 100 criaturas de cada. ¿Cuál será su propósito? Pues remplazar dañadas, hacer algunos regalos y rellenar necesidades de jugadores puntuales del tipo “oye, quiero 10 gusanos blancos para mi partida especial”.

A mí no me gustaría nada enviar material dañado a nadie porque es un resto lógico de una cadena de producción que genera este tipo de resto porcentual que es muy difícil de evitar. Evidentemente me preocupo todo lo posible de que vaya al reciclaje, pero insisto en que no me gustaría que este material dañado fuera el que se utilizara en juego porque hay tarjetas de sobra para las necesidades actuales.

No obstante quiero aprovechar para señalar otra de las raras contradicciones de este sistema. Para entenderlo hay que comprender previamente que este artículo es el que ha tenido un coste mayor de todas las expansiones de Espada Negra. Diré que los costes de imprenta (sin tener en cuenta maquetación, ilustración, redacción y esas cosas) exceden los 900 euros, lo que nos deja el margen más pequeño de todos nuestros artículos.

Parte del problema es que hay quince criaturas diferentes. Tirar muchas copias de algo cuesta poco, pero tirar copias diferentes sí cuesta dinero, y el ejemplo más claro es que si hubiésemos subido el presupuesto 5 euros por tarjeta (hablamos, por lo tanto, de 75 euros, para un total de gasto de unos mil euros) habríamos tirado 1000 copias en lugar de 500. Habríamos enviado 4 de cada en lugar de 2 de cada, y aún nos sobrarían 200 para gamberrear. Eso sí, no nos habrían entrado en la caja, habrían ocupado el doble en el almacén, y habrían subido un poco los gastos de envío. Pero vaya, que doblar el número de cartas iguales no habría elevado el gasto en material ni en un 10%.

En fin, son cosas de los números grandes (en realidad medianos) que se manejan en imprenta, y que sin duda son una realidad de todas las editoriales. En cualquier caso me alegro de haber traído esta información al que no lo conociera, e insto a todo el mundo a disfrutar de las tarjetas en la máxima calidad posible, honrando de esta forma a los esforzados ilustradores que tan vistoso material nos han dejado.


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