Hermanos Juramentados de la Espada Negra

ÍGVINROR

Se trata de uno de los grandes clanes guneares, uno de los más desconocidos para Dormenia, por ocupar la región central de las montañas.

El animal que representa al clan es el águila, pues viven en los ricos más altos, en los que muchas veces se pueden ver grandes rapaces.

Aunque la orografía es complicadísima y el clima durísimo, se trata del lugar en el que residen los más expertos cazadores del mundo. Entre sus trampas, sus arcos y sus lanzas de pesca, consiguen toda la comida que el clan consume.

La otra tarea en la que el clan Ígvinror destaca es en la artesanía, más específicamente en el trabajo de la cerámica. No obstante toda la manufactura Ígvinror es cuidadosa y completamente tradicional.

Es muy difícil comprender el clan Ígvinror para un Dormenio o un Harrassiano, pues estos tienen en su cabeza la imagen del guerrero Sigvar, grande, con un hacha, una armadura y un gran cinturón metálico. No hay ni un solo hombre así en el clan Ígvinror. Lo más cercano, los cazadores, son hombres normalmente pacientes y relajados que se entregan de la mañana a la noche en llenar las despensas del clan. Aunque algunos de estos hombres participaron en invasiones a Dormenia, sus expertos arcos en general volvieron a las tierras del clan y recuperaron la misma paz con la que partieron.

La capital, Koltanulf, está situada en una montaña entre montañas. Las rocas hacen de muro natural en el que la única forma de subir es por una sinuosas escaleras talladas y peligrosas. Se trata de un lugar militarmente inexpugnable.

Ubicación

Todos asentamiento que pertenecen al clan del águila están en una descomunal agrupación montañosa situada en el centro del territorio de los clanes. A veces se conoce a este lugar como "nido de águilas", aunque a la capital de la región, Koltanulf, también se le conoce con este nombre, por lo que puede dar lugar a confusión.

Las ciudades se encuentran normalmente en picos secundarios con innegables ventajas a nivel de observación. Los picos primarios son lugares de extrema altura y coordilleras prácticamente inescalables incompatibles casi con la exploración humana, y mucho menos con los asentamientos permanentes.

Historia

Parece unánime que la familia Ígvinror acuna en su ser a una serie de clanes o familias menores antiguamente conocidos como "los clanes de las rapaces". Esta serie de colectivos tendrían un carácter semi nómanda que decidieron unificarse a la hora de poder hacer reclamaciones comunes ante el rey Nivgeur Sigvar.

Aunque al principio este consejo estaba formado por una serie de guerreros, una serie de diferencias políticas lo dividieron durante el reinado de Nivgeurjorn, y se dio lugar a la guerra de las rapaces que finalmente dio lugar a la supremacía absoluta del clan del águila. La familia Ígvinror contó con un carácter hereditario fuertemente mantenido hasta nuestros días.

Este linaje ha estado tradicionalmente aliado con el gobierno Sigvar. Este acuerdo no se traduce en tratos específicos, sino que simplemente les ha dado fuerza de cara a plantear negociaciones y tratos con otros clanes.

Particularidades

El clan Ígvinror es probablemente uno de los más divergentes en prácticamente todos los aspectos, aunque en otros quizá sean los cumplidores más estrictos de la mentalidad del acero.

El frío gunear

El Dabriua Tulka de los picos Ígvinror es probablemente el más duro de todos. Una gran parte del tiempo de esta gente se pasa en un clima muy duro, aislado no solo del resto de clanes, sino incluso de los otros emplazamientos del mismo clan.

Incluso en el momento más caluroso los picos Ígvinror son más bien fríos, pero eso no es en absoluto una forma de limitación para sus gentes. Los habitantes del clan entienden que una persona tiene que ser una con el entorno en el que viven, así que en general trabajan de una forma concienzuda y continuada para conseguir salir adelante año tras año. De hecho el pueblo Ígvinror no es en absoluto pesimista, y si uno encuentra la fortaleza de ánimo suficiente para permanecer en estos lugares encontrará que se trata de gente que suele ver el lado positivo de las cosas y no agobiarse ante las dificultades.

Es probablemente un lugar perfecto para alejarse de las preocupaciones mundanas y dejar que la mente viaje si no con los dioses al menos en el camino de encontrarse con uno mismo.

Primacía de la clase cazadora frente a la clase guerrera

La clase guerrera del clan Ígvinror es prácticamente inexistente. Esto está relacionado con el origen nómada de las culturas que más tarde se asentaron en la región. Estas no tienen un apego particular ni al acero ni a la guerra, sino más bien un vínculo con la naturaleza.

En este sentido los individuos que son más valorados son aquellos que pueden solventar los problemas ocasionales de las comunidades. Estos héroes locales son expertos consumados en todos los aspectos de la vida relacionados con la naturaleza, y son los responsables no solo de proporcionar el sustento, sino también de obrar en las emergencias.

Como cazadores, su función consiste en proveer de todo tipo de caza durante la mayor parte del año. Esta es consumida o fácilmente congelada si hace suficiente frío. El clan es bastante ingenioso con respecto a las construcciones ideadas para mantener la carne en buen estado el mayor tiempo posible.

Como expertos en la naturaleza pueden llevar a cabo todo tipo de acciones necesarias. Los exploradores del clan del carnero son famosos por poder realizar viajes incluso dentro del Dabria Tulka, y debido a ello la presencia de un simple explorador muy capacitado puede suponer una diferencia importante para la supervivencia de un pueblo.

No obstante estos cazadores no son particularmente agasajados ni mimados. Por una parte el clan es extremadamente antimaterialista, y por otra parte lo mismo que hace útil a un cazador suele hacerlo solitario: un experto en la naturaleza de este tipo no tiende a vivir relajadamente rodeado de lujos.

No hay que pensar que estos cazadores sean inferiores guerreros. De hecho suelen ser expertísimos usuarios de lanzas y jabalinas y bastante capaces arqueros. Nunca llevan armaduras de metal, y ni siquiera tienen interés en los abultados cinturones comunes en el resto de clanes, pero son increíblemente esquivos y muy letales incluso oponiéndose a guerreros de otros clanes.

Aunque estos sujetos están muy desprendidos de las posesiones materiales, suelen reverenciar con cuidado tanto sus armaduras como sus útiles de caza y armas, aunque si hay un bien suelen apreciar especialmente es la capa que a la vez utilizan para protegerse del frío, esconderse en la naturaleza y transmitir su identidad al resto de cazadores. Hay mucho que leer en una capa de un cazador si uno entiende el idioma.

Linaje hereditario

Donde el resto de clanes suelen tener linajes muy interrumpidos por la violencia, y dejar paso a gobernantes fuertes sin tener del todo en cuenta su origen, el clan Ígvinror ha establecido una línea hereditaria que ha durado más que ninguna otra en las montañas.

Los miembros de esta familia tienen su propia clase social. No son necesariamente guerreros, ni mucho menos cazadores. Tampoco son productores ni alfareros, pero tampoco sería justo decir que son una casta inútil. Se trata ciertamente de una clase gestora normalmente apoyada por el resto del clan.

Esta gestión normalmente es poco intrusiva y solo se manifiesta cuando es en sí necesaria. Las únicas actividades que esta especie de nobleza realiza son la organización de las festividades y la coordinación de recursos entre diferentes asentamientos.

Las actividades circunstanciales que pueden realizar estos jefes del clan suelen estar relacionadas con dirimir disputas cuando se producen, o con planificar actuaciones comunes que requieren la participación de buena parte de la comunidad.

No hay que pensar que esta nobleza es especialmente aprovechada, pues en general suele ser tan poco materialista y desprendida como el resto del clan.

Este carácter de respeto a lo bien establecido, a las herencias y a lo duradero tiene un peso trascendente en la interpretación de la mentalidad del acero en el clan Ígvinror.

Nulo peso de la herrería

El clan Ígvinror no tiene ningún acceso a recursos mineros, y a diferencia de otros clanes no realiza unas exportaciones lo suficientemente grandes como para justificar la entrada de metal en el clan a un nivel aceptable. Debido a ello los herreros suelen dedicarse más al mantenimiento que a la creación.

No obstante el clan del águila cuenta con los mejores artesanos en lo que a la cerámica se refiere, y el producto de su trabajo es respetado y solicitado en el resto de clanes, ya sea como útiles prácticos o como elementos decorativos que conmemoren hechos personales. No obstante no son bienes particularmente caros, y además el clan no se molesta en hacer buenos tratos.

Hay que entender que este estilo de vida está relacionado directamente con el concepto de herencia cultural que se ha señalado al hablar del linaje hereditario. Todo en el clan Ígvinror se hace pensando en que tiene que durar, y aquello que vaya a tener solo uso a corto o medio plazo ni se plantea. Como consecuencia de ello todo en este territorio se repara hasta que sea absolutamente insservible, e incluso entonces se le buscará una utilidad, y en última instancia aparecerá en la cabaña de un habitante para recordar todo el servicio que dio.

Muchas veces las puntas de lanza que un cazador porte serán de una calidad excepcional, y si uno de estos cazadores piensa en hacerse con una nueva arma no pensará en conseguir una de una calidad cualquiera, sino que hará todo el esfuerzo posible para que pueda resistir el paso del tiempo. En este pensamiento no está implicado un pensamiento materialista, sino el deseo de conseguir que sea útil al clan el máximo tiempo posible.

Emplazamientos inexpugnables

El elemento más evidente que un visitante observa en los asentamientos Ígvinror es que estos son fortalezas inexpugnables. Esta curiosa naturaleza puede tener su origen en las guerras internas que vivieron por las disputas con respecto al clan Sigvar, pero sin duda tienen un componente cultural relacionado con el concepto de la herencia y durabilidad: según la mentalidad Ígvinror todo tiene que estar hecho para durar, así que una ciudad debe ser inexpugnable para poder entregarla a los descendientes íntegra. El hecho de que no haya unos enemigos en el momento en curso no implica que no sea útil, desde este punto de vista, construir una muralla que puedan disfrutar los descendientes.

Esta forma de pensar tan extrema quizá sea el máximo exponente de mentalidad del acero propia del clan Ígvinror.

Religión druídica

El origen nómada del clan Ígvinror bien podría estar relacionado con el culto prácticamente único en las montañas a la diosa Nadruneb. En estos lugares no hay prácticamente culto a ninguno de los otros dioses, y de hecho prácticamente todos los miembros del clan promueven la empatía con la naturaleza mediante el culto a esta diosa. Quizá haya un pensamiento implícito de no progresar demasiado su civilización para no alejarse, de hecho, del salvaje culto de la diosa naturaleza.

Este culto tolera y protege, de hecho, a una notable comunidad de druidas que forma parte de los asentamientos permanentes solo de forma temporal. Estos sacerdotes suelen viajar de un lugar a otro y cumplir funciones de asistencia religiosa y médica. Tienen, evidentemente, una relación particular con los cazadores del clan, y son muy respetados a todos lo niveles.

Esta comunidad se origina en el pasado nómada de los clanes rapaces, y si bien no terminó de casar con el espíritu sedentario, sí tiene un trato continuo y colaboración explícita.

Los detalles de esta organización, incluyendo su número actividades, culto y personalidad son uno de los más grandes secretos de las montañas.

Este documento puede ser descargado en versión epub en beta.

Si se decide a hacerlo, tenga paciencia: la creación del archivo se realiza cada vez y puede ser lenta.
Licencia Creative Commons
Este texto se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. Algunas partes pueden tener restricciones menores. Leer más