La artesanía y el arte guneares son una parte fundamental del estilo de vida. En ese sentido la mentalidad del acero implica un grado de perfección que es seguido en el resto de obras de artesanía y que se percibe de forma muy clara si se tiene la mentalidad adecuada. En casi todas las culturas guneares el acero está presente como un elemento diferenciador, y en las que no lo está, la artesanía de algún otro material cumple esa función. Por todo ello es determinante comprender la ubicación cultural de esta rama para entender la vida de las montañas guneares.
Los guneares entienden y respetan la ordenación social en función a la riqueza, pero siempre con respeto a sus dioses y sus principios. Su moneda, pues, tiene un valor intrínseco: el del acero que porta.
En este sentido se entiende que las riquezas no se obtiene de una forma vana haciendo comercio o mediante una herencia, sino que cada persona tiene las posesiones que merece gracias a sus acciones. Por ejemplo, un guerrero que se haga con un buen botín dada su experiencia será bien considerado, mientras que alguien que comercie con bienes fabricados con otros para obtener un beneficio será considerado normalmente poco más que un criminal.
Las monedas guneares no exigen una manufactura en particular, y valen lo mismo tengan grabado un símbolo de un jefe de un clan o sean una simple bola de acero. La idea subyacente detrás de esto es que pueda fundirse y hacer un instrumento con ella.
Para simplificar las cuentas, la moneda gunear pesa cincuenta gramos. Se trata, pues, de una pieza de notable tamaño y muy incómoda de manejar, especialmente en grandes cantidades, lo que exige el uso de arcones.
Hay que entender que el concepto de sueldo en sí es un poco ajeno a la mentalidad gunear. Se espera que un guerrero cuide adecuadamente de las personas que trabajan sus posesiones, y que por lo tanto le proverá de los recursos que necesite.
No obstante, y siempre dependiendo del clan, el concepto de la moneda ha creado una mentalidad similar al sueldo. En los lugares en los que este existe es bastante igualitario, y simplemente hay una costumbre de que un hombre de a pie debería aspirar a cobrar por un trabajo normal diez monedas de acero por día. Este principio está muy establecido por la costumbre en los últimos siglos, por lo que un trabajador puede estar bastante disgustado si no las cobra.
Por desgracia el precio de los alimentos es caro. Solo una barra de pan cuesta una moneda, y lo mismo una jarra grande de cerveza. Una pieza de pescado ya cuesta dos monedas, y la carne de caza o de carnero tres. Un gunear que alimente a su familia apenas tendrá capacidad de ahorro, pero si la consigue, el resto de bienes son más asequibles que en la mayoría de naciones.
En el año 460 el clan Ollvaror comenzó a simplificar los pagos con el consentimiento de los jefes de los clanes mediante una moneda de plata de bella manufactura que ellos mismos acuñan. Esta moneda tiene un peso de cincuenta gramos, a imitación de la moneda de acero, y equivale a doscientas monedas de acero.
No obstante, como es de esperar, esta moneda no goza de una gran aprobación de los guerreros de clan, puesto que en sí misma no sirve de nada. Se trata de una moneda, pues, que prácticamente solo se utiliza para los grandes intercambios.
Hay que tener en cuenta que aunque todas las monedas tienen el valor adecuado a su peso en metal, esto no signiica que todas tengan la misma credibilidad. Las monedas de hierro Eorleik son siempre de baja calidad, mientras que las Ollvaror están siempre muy bien consideradas y tienen una garantía de calidad cuyo símbolo inspira confianza.
Los guneares no tienen mucha costumbre de utilizar el papel, ni una necesidad de llevar contabilidades o registros de nacimiento, o similares. Es muy difícil encontrar documentos escritos de esta forma, aunque algunos jefes de clanes puedan hacer ciertos esfuerzos por modernizarse, como es el caso del clan Eorleik, y probablemente del Ollvaror.
Esto no significa que no haya cierto registro escrito. Es más bien que los guneares prefieren grabar sus historias en un soporte más resistente al paso del tiempo, en este caso la piedra, o aún mejor, el acero.
Para un extranjero, un gunear puede ser una especie de guerrero inculto con una armadura, pero si uno entiende su lenguaje escrito y artístico puede observar referencias continuas. Un hogar gunear tendrá muchas historias grabadas en sus piedras, así como elementos ornanentales de batallas que harán referencia a su experiencia vital y la de sus antepasados. Las armas en sí tendrán una historia que contar, y mucho más aún las armaduras, bien estén dispuestas para su observación en su domicilio, bien estén utilizándolas para protegerse en combate.
Visitar la casa de una familia incluso en su exterior es una forma de aprender de su historia y su ascendencia, pero debe hacerse con cuidado. Acercarse incluso a la fachada de una casa y husmear sin permiso es considerado un acto de extrema falta de tacto.
Las viviendas guneares están muy claramente destinadas a conseguir un espacio caliente en el que convivir en los largos días de invierno. Una vivienda normalmente tendrá un único piso de forma alargada con paredes de piedra gruesa. Los tejados suelen ser de paja.
Suelen disponerse unas pocas estancias, aunque normalmente no sigue una separación explícita, sino que los muebles se dispongan de forma adecuada para distribuir las funciones.
Las casas de personas más acomodadas sí pueden tener varias habitaciones. Se considera de buen gusto tener una sala de entrada en la que puedan esperar los visitantes y conocer un poco más a los habitantes a partir de los objetos que ahí dispongan. Hasta las cassas más humildes destinan parte de su espacio a este antesala.
Las viviendas de los jefes de los clanes suelen ser enormes, con varias plantas y habitaciones de diverso tamaño. Es usual que cuenten con muchos dormitorios pensados tanto para el personal como para los invitados. La hospitalidad gunear en este sentido es muy evidente, y siempre se espera que una persona sea reicibida por sus equivalentes en nivel social. En este sentido un jefe debe poder recibir a otros jefes y todo su personal, por lo que se cuidan de tener suficiente espacio para evitar la vergüenza sobre sus personas.
Por contra, los templos no son para nada tan ominosos, y de hecho suelen ser bastante humildes. Algunos consisten simplemente en una gran estatua estatua, aunque los más habituales suelen consistir en un altar de piedra con un posible techo de madera. Su uso habitual está descrito en la sección relativa a credo gunear.
Existen leyendas de templos de mucho mayor tamaño escondidos entre las montañas. Corresponde a cada cual buscar credibilidad a esa leyenda, aunque sin duda los que descubran sus secretos estarán en posesión de una fuerza importante.
Los guneares dan mucha importancia a la decoración de sus hogares puesto que es el registro escrito de sus vidas y de las de sus antepasados. El valor artístico de estas piezas es, pues, fundamental.
Armaduras y armas: Los guneares tienen por costumbre disponer en las paredes de sus domicilios las armas y armaduras que no estén utilizando en ese momento. Es muy adecuado grabar en sus posiciones en las paredes el nombre del arma, su fabricante y los hechos que aconteció. En el caso de los guerreros con más solera este registro puede exigir realmente mucho espacio.
Si uno busca con cuidado encontrarás que en toda casa gunear hay espacios que tienen texto, pero no un arma asociada. Esto se debe normalmente a que el propietario de este arma fue enterrado o incinerado con ella.
Cerámica: Platos y jarras son lugares estupendos para plasmar textos o ilustraciones que reflejen o ensalcen los hechos personales de una forma más económica que los productos de la forja. Son particularmente frecuentes en las habitaciones de recibidor de cada vivienda.
Se considera de buenos modales observarlos si uno ha llegado a ese lugar, puesto que están ahí para eso. Estas piezas pueden alterarse en función a los hechos recientes de cada persona, pero también en función a sus afiliaciones políticas e incluso a su estado de ánimo.
Las buenas piezas de este tipo tienen mucho valor, pues consiguen de una forma muy fidedigna representar los hechos. La mayoría de guneares prefieren, por supuesto, mantener simplemente un arma de acero que se exprese por sí misma, pero como hay artistas de la cerámica realmente buenos y se trata de una forma de arte mucho más inmediata, se han vuelvo muy populares, e incluso hay artistas con reputación y modas a lo largo del tiempo. Muchas paredes decoradas con buenas obras de artesanía pueden ser más vistosas que otras que incluyen solamente armas y armaduras.
Debido a esto incluso los elementos de mensaje implícito acabán incluyendo cerca de sí otra obra secundaria de este tipo.
Pieles y cueros: Es muy aceptable incluir en el domicilio restos animales fruto de las expediciones de caza. Estos pueden ponerse en la pared, o en el suelo como alfombras. También es posible incluir grabados en cuero, y últimamente algunos guerreros incluyen un mapa en el que se graba los lugares en los que se ha combatido o a los que se ha viajado.
Esta costumbre, no obstante, no es apropiada ni en todos los clanes, ni en todos los individuos. Hay lugares en los que estar expuesto a otras formas de pensar no es considerado tanto una virtud como un defecto del carácter
Particularmente importantes son los llamativos cuernos de lobos u osos guneares, que suelen tener un lugar, como las armas, junto con una historia grabada en la pared o en una pieza de cerámica, incluyendo al menos la fecha y el lugar. Esto es especialmente común para que el guerrero pueda portar la capa sobre su propio cuerpo, ya que esto le otorga mucha credibilidad.
Estatuas: Este arte no se suele destinar a interiores, sino que constituye la sección fundamental de los simples templos a los dioses. Las estatuas suelen ser bastante toscas y estar algo separadas de las viviendas.
Los guneares están hechos al frío gunear y no se embuten en ropas de abrigo como sí hacen los dormenios. De eso esa situación suele provocar cierta hilaridad.
Esto no significa que no se protejan del frío, por supuesto. La pieza más frecuente en ese sentido es la capa. Las más pobres son de lana, mientras que las de los guerreros son de la piel de los osos o lobos con los que han combatido. Debajo de esta pieza se pueden vestir piezas de más o menos calidad de lana, tela o cuero. Muchos guneares renuncian durante el verano a la capa y los pantalones, pues consideran que el calor lo permite. A los que llegan de fuera eso les suele parecer una locura.
Los guneares no son particularmente cuidadosos con su ropa, ni la consideran indicador de posición personal o social, pero no ocurre así con los elementos decorativos, con los que hay un cuidado particular.
Los cinturones suponen la parte fundamental de la expresión personal. Estas piezas son, de hecho, una parte de la armadura destinada a proteger estómago y genitales. En esta pieza se graba el símbolo del clan, el símbolo personal y los motivos o textos que el usuario y el herrero consideren pertinentes. De alguna forma el cinturón de un guerrero es un resumen personal de su experiencia vital, por lo que estos pueden cambiar a lo largo del tiempo. En ocasiones se deja en ellos huecos en blanco para ir llenándolos con el tiempo, aunque en otros casos un guerrero que sienta que haya cambiado mucho y haya roto con su pasado puede solicitar la creación de una obra totalmente nueva.
Aunque se trata de una pieza considerada impropia en las mujeres, aquellas que se precian de ser guerreras la portan. De la misma forma, aquellos hombres que no son guerreros no suelen llevarlo, pues a fin de cuentas esto es un indicativo de mentalidad marcial, y de que el guerrero está dispuesto a defender su opinión y su vida con las armas.
Se pueden ver con cierta frecuencia collares destinados a completar la historia que no ha cabido en armaduras, cinturones y armas. Estas piezas suele regalarlas el herrero de forma autónoma a aquellos guerreros que creen que lo merecen, y son muestra de mucha calidad personal. Se considera correcto que estas piezas sean portadas no solo por el guerrero, sino también por su mujer o incluso personal de confianza.
Los anillos son considerados solamente propios de mujeres. Son más frecuentes en el sur por una creciente influencia Dormenia a lo largo de los últimos siglos. Es posible que se consideren impropios de guerreros porque los guneares los conseguían de sus saqueos a poblaciones dormenias, quienes, a sus ojos, no gozan de la calidad bélica de un guerrero.
Hay un mito gunear según el cual Nadruneb enseñó a fabricar gaitas a los hombres a partir de vegigas de animales. En el pasado estos instrumentos se consideraban sagrados y únicamente se tocaban en los momentos adecuados para realizar los rezos a la diosa. En la actualidad en algunos clanes el secreto de su creación ha desaparecido y han surgido nuevas piezas populares musicales.
Mucho más popular es la música coral, entonada solamente por voces humanas, normalmente masculinas y muy graves. Hay bastantes canciones gunearea que podemos agrupar en tres grupos:
En general los utensilios guneares son de decente calidad y están pensados para dar un servicio prolongado. En ellos se mezcla, como en las armas, principios de funcionalidad y belleza no siempre fáciles de compenetrar y entender.
No es del todo infrecuente que incluso un simple cuchillo pensado para cortar la carne pueda ser un regalo de un herrero, asociado a la construcción de un arma, cinturón o armadura. Se intenta, por supuesto, que estos objetos duren lo más posible y que sobrevivan incluso al paso de las generaciones.
Se detallan algunos elementos de uso común:
-Iluminación: allí donde llega el aceite del clan de la orca se suele disponr de lámparas de aceite hechas con barro cocido. Las velas de cera son más infrecuentes y normalmente caras.
-Cerraduras: los cierres de puertas suelen consistir simplemente en un travesaño de madera accesible únicamente desde el interior, o simplemente no existir cerradura. Los guneares suelen confiar en los seres cercanos, o si no en la vigilancia humana.
Las cerraduras de metal prácticamente no existen. Los únicos que cuentan con ingenios de este tipo son, de hecho, los miembros del clan Ollvaror.
-Transporte terrestre: las vías guneares son, en general un lugar difícil de cruzar tanto a pie como a caballo, por lo que ni se piensa en llevar carros de ruedas. Las mercancías pesadas son tranportadas normalmente de formas toscas y arcaicas.
Obviamente las armas y armaduras guneares son el máximo exponente de su cultura, y como tal merecen una atención constante tanto de los habitantes de la región como de los visitantes que quieran sobrevivir en ella. Los guneares han hecho de los principios bélicos una naturaleza en sí misma, y por lo tanto casi todas las armas son, de alguna forma, frecuentes en su territorio.
No se trata de un hecho que pueda aislarse en sí mismo. La evolución del arte del acero y de la práctica de la guerra han convergido de una forma clara a una competición drástica por conseguir la mayor letalidad y expresividad del mundo entero.
Aunque esto tiene quizá su máximo exponente en el clan Ollvaror, el resto de clanes dedicados al acero también consiguen armas letales mucho más temibles que las de otras naciones. Incluso los clanes con menos tradición de forja se esfuerzan en conseguir armas prácticas y bellas con las que vencer a sus oponentes física y moralmente.
Las armaduras obviamente encajan dentro de esta evolución de la letalidad. no solo en el aspecto práctico, sino también en el decorativo. Los herreros se han esforzado en conseguir que los guerreros vestidos por ellos sean los que más impresionan en el campo de batalla, y en este sentido se considera una vergÚenza para el herrero que sus enemigos se hagan con el casco y lo exhiban.
Debido a todo esto, las armaduras guneares tienen un valor exagerado, no solamente dentro de los clanes, sino también fuera de ellos. La mayor parte de nobles dormenios estarían encantados de ir a la guerra protegidos por una de estas armaduras, pero simplemente no pueden acceder más que al peor acero de su nación. Una armadura gunear tiene un valor exagerado fuera de sus fronteras, pero obviamente ningún gunear está dispuesto a venderla para poder enriquecerse, lo que entraría en una contradicción muy grande con su cultura.
En función a la época de un arma o armadura podemos encontrar que existe cierta tendencia que obeece a modas del clan Ollvaror, si bien el resto de herreros podían seguirlas o no hacerlo: Ateniendo a estas características podemos diferenciar cuatro periodos claramente diferenciados:
Como se ha citado anteriormente, las armas guneares están pensadas para causar el mayor daño a sus enemigos dentro del paradigma del perfecto guerrero, pero esto no deja de tener una filosofía compleja detrás que hará que ningún combatiente gunear esté del todo satisfecho con una sola arma.
Por ejemplo, es posible que un gran guerrero que cuente con una gran armadura piense que su arma tiene que derrotar a otros guerreros igualmente protegidos, y esté encantado de portar un enorme martillo de dos manos, pero de la misma forma, cuando no porta esa armadura, quizá prefiera llevar otro tipo de arma más manejable. Es habitual, de hecho, que esa segunda arma sea de menor peso y se pueda llevar en el cinturón como equipo de respaldo.
La situación contraria también puede darse. Quizá un guerrero con una lanza de guerra piense que necesita un hacha con la que poder aturdir al propietario de una poderosa armadura.
En el pasado las espadas no eran consideradas muy buenas armas en el sentido de que se trata de objetos relativamente frágiles. Las pocas que había eran muy grandes y toscas. Las modernas técnicas de forja han mejorado la opinión de estas armas que lentamente empiezan a ser muy populares, especialmente en el clan del lobo. Aún así se trata de armas pesadas, concebidas para hacer frente a escudos y armaduras. Las espadas cortas son consideradas, en este sentido, una muy sabia elección como arma secundaria, ideal además para incluir el nombre del guerrero grabado en la hoja.
Las hachas son en muchos clanes el arma considerada adecuada para un varón que quiera hacerse valer. Son muy válidas contra oponentes bien protegidos, pero exigen cierto talento para golpear con ellas, por lo que se trata de armas muy respetadas en todas sus variantes de tamaño. En cualquier caso siempre son pesadas, y noralmente cuentan con grabados.
Las armas contundentes son consideradas mucho más zafias, en el sentido de que son mucho más fáciles de fabricas y de usar, y quizá algo menos efectivas que las hachas. normalmnte un guerrero que lleve una maza es aquel que no se ha podido permitir un hacha. Esto no significa que no se fabriquen a demanda mazas excelentes de guerreros con una perspectiva muy concreta.
Particularmente son armas populares en el clan de la orca, donde también se pueden ver ocasionalmente manguales en guerreros muy concretos que han encargado esta infrecuente arma.
Las lanzas, ya sean arrojadizas o de guerra están mal consideradas. Quizá porque sea un arma típicamente dormenia, o por que requiere poco acero en el que incluir marcas personales, no son consideradas para nada dignas de guerreros decentes. No obstante los clanes de la esfera Ígvinror han hecho de su manejo una maestría.