Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Sobre las motivaciones humanas, el Bien y el Mal (sí, con mayúscula)
16-7-2016 03:42
En cierto sentido, éste va a ser un artículo sobre mi forma de hacer rol. En cierto sentido, también, éste va ser un ensayo sobre mi visión del ser humano. Una especie de mensaje en una botella que lanzo al océano de Internet, tal vez. Debo decir que no me importa un bledo quien lo lea ni las críticas que pueda recibir, aunque, como siempre, me encantará hablar del contenido del artículo (a pesar de escribirlo de madrugada sin pensar mucho lo que afirmo...tal vez el mejor tipo de artículo).

En la narrativa clásica, se suele poder observar algún tipo de "Mal", algún villano al cual podemos culpar de todo lo que sucede, que puede pagar por todos los pequeños males del mundo. Esto se puede observar, por ejemplo, en El Señor de los Anillos, con Sauron (y, en tiempos pretéritos, Melkor, aunque tal vez haya una versión alternativa nunca escrita del Silmarillion que contradiga esto que digo). Es un villano sin rostro ni personalidad aparente, cuya única meta obvia es el dominio del mundo. Esto me parece, sin desmerecer en absoluto LotR, una de mis obras favoritas, un signo indicativo de una narración inmadura, que busca una solución fácil al conflicto que siempre está presente en éste tipo de obras sin tener que entretenerse en las complejidades de la naturaleza humana.

Obviamente, si existe el Mal, el Bien no puede andar lejos. Siempre que un villano de motivaciones poco evidentes se alce, aparentemente en base al altruismo y a un ansia innata de justicia. Éste héroe (o héroes) es/son los protagonistas de la historia, claro. Todos ellos un dechado de virtudes, tengan o no defectos. Al fin y al cabo son héroes.

Personalmente, encuentro ésta visión del mundo incluso más aberrante que aquella en la que no hay nada que esté bien ni mal, aunque esa es otra cuestión.

Mi punto es que una historia cualquiera es no sólo más realista, si no más interesante si tiene en cuenta que sus antagonistas (que no villanos, puesto que el mal como algo absoluto es algo sumamente extraño si no imposible) son también personas (o no, quien sabe) con motivaciones lógicas y comprensibles, que creen que están haciendo lo correcto, cosa que defenderán a capa y espada; pocas personas harán algo que creen que no deberían hacer, y siempre defenderán su decisión.

En éste sentido, creo que es algo importante en cuanto al rol (aunque también se puede aplicar a la vida, cada cual sabrá) intentar ponerse en la piel del otro lado y preguntarse cuales son sus razones, sus motivaciones. He encontrado que esto no sólo hace las partidas más interesantes (nadie se lanza tanto a la acción cuando sabe que lo que está haciendo es moralmente reprobable, que la justicia no está de su lado precisamente), si no que hasta las convierte en una experiencia enriquecedora. Esto no se da sólo en el rol, claro.

Poniendo a las archiconocidas películas de Star Wars como ejemplo. En la trilogía antigua (Episodios IV-V-VI) se muestra una visión de la Fuerza dividida entre el "lado luminoso" y el "lado oscuro", equiparando al lado oscuro con el Mal la mayor parte del tiempo (aunque ésto tal vez sólo sea una asunción cultural). En la trilogía moderna (Episodios I-II-III), en canvio, se puede observar que ésta dualidad no sólo no está muy definida, si no que ambos conceptos están bastante desligados del concepto Bien-Mal, cosa que se explota aún más en el Universo Expandido.

Personalmente, creo que éste detalle las convierte en unas obras bastante superiores, al menos a nivel narrativo. Me estremezco cada vez que veo a Anakin caer en las garras del odio empujado por el amor, forzado a escoger entre aquello que ama y su lealtad a su credo.

En mí opinión, creo que es éste tipo de ambigüedad y de conflicto moral aquello que vuelve una historia interesante. Por supuesto, comprendo que haya gente que encuentre romántica la idea de un Bien y un Mal enfrentados, pero ésta es mi opinión.

Espero que te haya gustado, querido lector, cosa probable si has llegado al final de éste texto, aunque no creo que mi humilde opinión te haga pensar demasiado.