Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Cuando los extremos se tocan...
30-12-2014 14:19
Por Verion
Últimamente se ve la noticia de que muchas páginas “de enlaces” y similares están cerrando. Esto está relacionado con el cambio legislativo que la nación española ha realizado, y que por ahora no está afectando al mundo del rol. Pero este servidor de sus mercedes lo considera importante, así que voy a aprovechar para tratar este tema social que me parece de máxima importancia.

Hasta el momento presente las páginas en las que se ofrecía “enlaces” a contenido protegido por derechos de autor han sido un escollo que los explotadores de esos derechos no han conseguido vencer. Parece que todo esto ha cambiado, pues muchas páginas se empiezan a rendir ante la posibilidad de multas desproporcionadas. Y mucho ojo, que la proporción es una clave de todo esto: ¿cuál es el mensaje exactamente si es más delictivo hacer una página con enlaces que atracar un comercio con una pistola y amenazas?

No quiero dar una respuesta en la que únicamente se acuse al gobierno y a las empresas que lo presionan para que adopte este tipo de legislaciones, aunque son una parte muy importante y chapucera de este mal. Y lo de “chapucera” es también algo sensible, y voy a poner un ejemplo.

Todos sabemos que guguel gana una pasta en cada país del mundo, pero que mediante trucos de empresas filiales acaba pagando impuestos en “paraísos fiscales”. Leí hace un tiempo que esta enorme empresa sacaba seiscientos euros de cada personita española. O de los datos que estos “ceden”, vamos. El estado español (o al menos el gobierno) quiere que se paguen esos impuestos en España, pero dentro de la legislación europea guguel no hace nada “mal”. ¿Qué hace el gobierno entonces? Crea un “impuesto” o “tasa” especial a los agregadores de enlaces. Como efecto, se cierra guguel news, y centenares de páginas entran en una situación de inseguridad económica y jurídica.

Esta situación no se debería permitir, pero lo que tampoco me parece asumible es que multimillonarios de la publicidad salgan abrazando la bandera de “no se puede matar la innovación” de la forma más hipócrita mientras se fuman un puro con nuestros derechos. Sobre esto volveré más adelante.

Creo que todos deberíamos tener claro que la cultura es importante. Vamos, tan importante y básica como la alimentación, la vivienda, los pantalones y el agua. Es muy importante que podamos acceder a la cultura, porque si no podemos nos convertimos en unos zopencos y unos miserables. Y la cultura no es solo una enciclopedia, es también una película que nos haga reflexionar. Y por extensión, hasta la última mierda de película navideña es cultura y es parte de “un derecho”.

Ahora, mucho ojo, que el hecho de que algo sea un derecho no significa que sea gratis, o al menos no en el marco de las sociedades occidentales modernas. Aquí en el capitalismo se paga todo, se paga la comida, se paga la electricidad, la conexión a internet y hasta el agua (aunque esta no se la cortan a uno si no paga). Usted tiene derecho a tener todo eso, y las empresas tienen derecho a cobrárselo.

Entonces, ¿qué implica que sea un derecho? ¿Qué lo diferencia de un coche de lujo? Pues en principio, lo siguiente:
  • Tiene que estar accesible para usted. Puede que en su pueblo no haya un concesionario de coches de lujo, pero hay electricidad y acceso a internet. El estado crea leyes que obligan a las empresas a ofrecer los servicios donde hay personas establecidas legalmente.
  • Tiene que tener un precio razonable. En los asuntos históricamente trascendentes incluso el precio es acordado con el estado, y las empresas suministradoras no tienen margen de maniobra.
  • El estado puede meter la mano para garantizarlo. No es muy frecuente, pero es la idea por la que van las viviendas de protección oficial, el antiguo transporte público, y cosas así.
La diferencia teórica viene a ser que si uno se quiere comprar un coche de lujo, la cosa está totalmente entre el concesionario y él (con algunas reglas siempre, claro), mientras que si uno compra agua, el estado estará muy muy atento.

Bueno, por desgracia la modernidad nos dice que incluso con los bienes básicos los derechos del usuario se vulneran con mucha facilidad, y no creo que tenga que señalar a los ascendentes precios de la electricidad, los evidentes pactos entre comercializadores de gasolina, las perniciosas privatizaciones de las suministradoras de agua potable, y tantas otras cosas.

En el caso de la cultura el concepto es muy interesante, porque siendo un bien protegido, hay un buen número de leyes, algunas de las cuales no me parecen del todo bien hechas, pero que en cualquier caso atestiguan el deseo de los legisladores por tratar la cultura de una forma “protegida”.

Un ejemplo evidente de todo ello es el derecho a la copia privada, según el cual una persona tenía derecho a hacer una copia de una obra que tuviera y entregársela a otra persona sin que hubiera lucro de por medio. Entendiendo que esto causaba un perjuicio teórico a autores y editores, los estados crearon las compensaciones económicas por el derecho a la copia privada. El más famoso de ellos en España fue el canon de la SGAE, pero hubo otros.

Dicho todo esto, creo que esto al final es un asunto de dinero, lo cual suena muy mal pero es el maldito sistema de regulación social de occidente. La comida cuesta dinero, internet cuesta dinero, ir a la ciudad cuesta dinero, y si haces algo mal el estado te castiga quitándote dinero.

Los creadores tienen que comer. Es el mantra que repiten una y otra vez los defensores de los derechos de autor. Es normal que las grandes empresas explotadoras de estos derechos señalen a los autores, si salieran ellos con sus yates nadie empatizaría, pero recordemos que en este asunto la mayor parte de beneficios es de las editoriales. Dicho de otra forma, el autor (la mayor parte al menos) no va a comer de todas formas porque las empresas lo tienen explotado. Y antes de que los lectores habituales de este espacio me crucifiquen, no estoy hablando necesariamente de las de rol, mantengan las miras abiertas.

A lo que quiero llegar es que esto es un sector protegido “para lo que conviene”, que en este caso es criminalizar a las páginas de enlaces e incluso a los usuarios. Pero en ese sentido de garantizar un precio adecuado a los usuarios, o la comida a los autores (no solo de los megafamosos), en eso sí que no se meten. Y si el precio por la cultura es desproporcionado con respecto a los sueldos, entonces lo que criamos es una sociedad poco informada, inculta y aborregada. A veces me pregunto si no es lo que pretenden, de hecho.

Como inciso, señalaré que me producen extrema hilaridad los autores de poco calado que defienden este modelo más por costumbre que por experiencia, defendiendo que “de algo tienen que comer”. De verdad, que les deseo que estén en manos de las empresas explotadoras de derechos de autor, a ver si comen algo más que sus mocos.

Arrojada la piedra contra los extremistas de la explotación de los derechos de autor y nada temeroso de su carga, me giro un poco (no mucho) y arrojo otra piedra contra los extremistas de otro tipo de explotación. Los de la publicidad por internet. Esto va a ser divertido.

Concibo y respeto que existan páginas en las que se facilite no solamente un enlace al contenido cubierto por el derecho a la copia privada (ergo legal) sino el propio contenido en sí, en tanto que se rijan por su razonable ámbito, es decir, que no exista lucro. Pero si hay lucro, me pongo de mal humor. Ya sea megaploud, seriesle, cuélgate o cualquiera que incluya publicidad en su página. Y como me digan que “hay que pagar el server” o “tenemos que comer” ya sí que me va a dar una matada a reír.

Ya me parece el colmo cuando esa publicidad resulta perniciosa para el usuario. Estoy hablando de esas que fingen ser el botón de descarga, o que señalan que un componente del ordenador está desfasado, para al final acabar colando una “mierda” en el ordenador, o una suscripción de pago en el móvil. ¿Es que esa gente no tiene ética? A mí si me pusieran esa publicidad en mi web se me caería la cara de vergüenza. Y si tuviera una empresa que se anuncia en esas páginas, también.

No me he tenido que girar mucho para lanzar ese ataque. Muchas veces se dice que "los extremos se tocan". Creo que esta es una falacia complicada, y yo prefiero decir "Cuando los extremos se tocan...". En este caso los explotadores de los derechos de autor y los explotadores de la publicidad son primos hermanos. Gente que quiere el dinero del usuario, cada cual a su forma, y que se la suda si los autores comen o no comen.

No quiero cerrar este artículo sin señalar que, hasta donde yo sé, nadie ha ofrecido un servicio tan eficiente como son las páginas de enlaces, torrents o el propio y vetusto emule. Siendo la cultura un bien necesario para las personas, ¿no debería el gobierno meter mano y garantizar un servicio eficiente y con un precio razonable? Que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando digo esto, se podría hacer con empresas concesionarias de la misma forma que se hace con el transporte público de casi todas las ciudades occidentales. Pero no se va a hacer.

Creo que los autores debería poder comer, lo cual llevaría al no menos complejo debate de “¿Qué autores son los que deben comer?”, pero la verdad que las empresas explotadoras me dan un poco igual. Tampoco pretendo proteger a las páginas que se lucran con publicidad, en muchos casos maliciosa.

Los autores tienen que comer, y los usuarios tienen que poder culturizarse. En esta convivencia debería producirse el debate, y no en mantener estructuras caducas y trasnochadas. El mundo de internet nos ofrece muchas posibilidades muy interesantes si abrimos nuestras miras y nos atrevemos a explorar nuevos caminos. Pero por supuesto no solo dependerá de los creadores de contenidos y los que los apoyan, sino también de los usuarios.

Mi conclusión personal es que esto no cambiará a base de prohibiciones y cierres. Lo que ocurrirá cuando se prohíba es que se inventará una nueva forma más inescrutable, o que se cerrarán páginas y se multará a unos cuantos usuarios desgraciados. Y es lo que seguirá pasando mientras esto se planteé como una batalla.

Donde se cambiará esto es en la educación. Por eso es importante que los que creamos en ese cambio hagamos lo que podamos por transmitir nuestras ideas.

Yo estoy muy harto, como autor y como usuario, de vivir en este modelo que está a caballo entre dos mundos, manteniendo a todo tipo de parásitos e hipócritas.


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