Cómo quizá sepan sus mercedes, este escritor, creador de rol y servidor suyo atraviesa una pequeña crisis personal en relación con lo que se está convirtiendo, debido a las actividades que le ha tocado realizar. Esta poco cómoda situación se ha unido a otro hito social que me ha llamado la atención, y es encontrarme con una bronca increíble por causa de ocin, que de alguna forma ha sido una pequeña gota que ha llenado el vaso. Y creo que de alguna forma, tras tres años y medio se me ha acabado un poco la mecha.
Entiéndanme, esto no significa que haya explotado y lo haya puesto todo perdido de tripas, sesos y sangre. De hecho no he hecho ningún cambio violento con respecto a nada, por lo que la catársis que yo pueda tener no va a afectar absolutamente a nadie, ni siquiera a las personas interesadas en los proyectos en los que participo, o por lo menos no a corto plazo.
Una de las tres decisiones más importantes que he tomado ha sido escribir la siguiente novela dentro de la segunda saga de Espada Negra, la que viene a ser la número quince en la cuenta general. Esta podría ser una mala decisión en el ámbito de expandir Espada Negra (¿qué sentido tiene ponerse a escribir una novela que como pronto se publicará en cinco años, y eso con mucho optimismo?), pero sin duda se torna como algo muy importante para mí como individuo, para poder tomar cierta cercanía con un aspecto de mi persona del que no quiero alejarme. Espero dedicar la segunda quincena de agosto de forma exhaustiva a este proyecto, y seguramente también la primera quincena de septiembre, si no hay mucha “resaca laboral”.
Quizá el segundo gran cambio que tengo intención de acometer está relacionado con este blog. No quiero lanzar un mensaje equivocado, me encanta escribir de esta forma y he encontrado mucho respaldo y comunicación, y he descubierto una faceta de mí mismo que no quiero abandonar. Pero me he impuesto por costumbre unas condiciones que no me tienen cómodo. Voy a intentar desarrollarlo, aunque no es fácil.
Cuando empecé con el blog, escribía un artículo cuando me apetecía, sin ton ni son, ni orden específico. No recuerdo el ritmo, pero debían ser dos o tres por semana. Le fui cogiendo ritmo y gustillo, y cogió una estructura más formal cuando me propuse escribir uno al día a partir del trece de marzo de dos mil trece. No cumplí con este criterio, pero tampoco que es que este espacio se quedara abandonado, y raro era el mes en el que no escribía más de veinticinco artículos.
Cuando las jornadas se empezaron a volver habituales, el ritmo decayó un poco hacia un poco más de veinte artículos mensuales. Es la media actual de hecho. Pero ello no significa que el blog me dejara más libre, puesto que los temas fueron ganando en profundidad y en complicación de desarrollo.
De hecho creo que el blog ha alcanzado un máximo razonable, y es el de la capacidad de lectura. Incluso entre los asiduos a este espacio suelo encontrarme con que a muchos se les acumula el material a leer, y que con los días tienen que hacer “reseteado” y dejar temas atrás. Creo que esto no es para nada óptimo, y que hay que pensar en este sentido en reducir lo que uno escribe en pro de alcanzar una mayor difusión de los contenidos importantes.
No es el único criterio detrás de mi decisión. Creo que en mi empeño por dar empuje a Espada Negra he sido demasiado insistente, y eclipsado a otros buenos escritores de la hermandad que ven como este espacio bloguero que en realidad es multiusuario parece no necesitarlos, cuando nunca ha sido así. Creo que ha llegado la hora de que gane en amplitud de miras.
Así que reduciré la cantidad de aportaciones, a entre diez y quince al mes. Es algo que me va a costar, porque tengo una ingente cola de artículos a la que siempre se van uniendo nuevas ideas, y muchas cosas que quiero comunicar, que tendré que manifestar de otra forma, probablemente mucho más privada. Daré prioridad en este sentido a los artículos más personales, más creativos y a los que tratan de novedades de Espada Negra, que sin duda me parecen necesarios, y dejaré más de lado las cuestiones de sociedad o más matemáticos y científicos, o las reflexiones sobre asuntos ajenos.
La tercera decisión “importante” que voy a tomar es acelerar mi desvinculación de ocin como administrador. Como ya he señalado en el número que se publica esta noche, ocin está ya totalmente cerca de abandonar su época “con administrador”, lo cual es un hito importante porque era lo que se pretendía de él, digan lo que digan algunas voces críticas. Debido a ello intentaré arreglar las cosillas que están pendientes y dejaré el desarrollo listo para finalmente tirar la llave del administrador al mar, para que por fin caminemos en el paradigma para el que la herramienta fue creada.
Como ya mencionaba, no se trata de decisiones que vayan a cambiar la vida a nadie (como mucho a mí mismo) pues aunque mi visión fue fuerte, muy fuerte como para no hacer nada, cuando uno alcanza cierta edad, o sobre todo ciertas responsabilidades, también hay una inercia de cosas positivas a las que hay que saber agarrarse, especialmente si uno se ha comprometido con una comunidad, como yo he hecho.
Ya tengo mi siguiente artículo en la mente. Se titula “definiendo mi espacio negativo”, y trata sobre cómo preparo el entorno para escribir. No va a ser nada sorprendente para nadie, no va a mostrar ningún principio social ni va a ocupar mucho. Simplemente será personal.
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