Llevo unos cuantos artículos escritos sobre el fin de la beta del juego de rol de Espada Negra, y aún escribiré algunos más. En este caso voy a ahondar en los cambios de actitud que tenemos que aceptar en la hermandad para cerrar esta fase.
Cuando un creador o grupo de creadores tiene disponible su material en forma de beta siente cierta seguridad: la de que si alguno de los detalles está mal siempre puede corregirlo y cambiarlo. Esto no significa que pueda lanzarse a aceptar los cambios en función a una conveniencia superficial o que pueda realizar cambios profundos, pues eso significaría que el juego no estaba realmente en un estado de beta.
En este sentido publicar un software es algo que resulta tremendamente más agradecido: uno puede incluir modificaciones que limpien errores que han pasado desapercibidos. Incluso podríamos obrar de esta forma si nuestros juego de rol se publicara solamente online, pero también vamos a publicar una edición física que nos ata. No queremos que esta edición quede en ningún caso atrás.
Cuando abandonemos el estado de beta ya no estaremos protegidos por la posibilidad de cambiar el material. El juicio que recibamos será definitivo, y las ideas posteriores que podamos tener no servirán para este juego y esta edición.
Nos sentimos seguros. El juego está maduro. Teníamos unos objetivos que creemos que hemos cumplido, y hemos tenido una cantidad de prueba y retroalimentación que nos respalda.
Lo que quiera que venga después estará más relacionado con los jugadores que con los creadores. Estos últimos perderemos el control, y los primeros serán los que den la interpretación definitiva.
Pero nosotros también seremos jugadores, y desde luego seguiremos creando para esta obra que tanto nos apasiona.
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